Nuevas cámaras de videovigilancia llegan a las calles de Reus y algunos barrios piden más

La ciudad superará los 70 dispositivos. Zonas como el Carme o Mas Pellicer reclaman ampliar o incorporar este servicio

10 agosto 2024 18:00 | Actualizado a 11 agosto 2024 12:50
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El despliegue de una nueva fase del plan de videovigilancia está a punto de culminar: 21 de las 26 cámaras que se anunciaron para cubrir nueve áreas, la mayoría en el centro de la ciudad, ya se encuentran instaladas en su sitio.

Faltan solamente, tal como detalla el Ayuntamiento, las de la plaza de la Cultura de la Pau –en principio, se esperan tres–, que se colocarán a partir del 21 de agosto; y las de la plaza de Anton Borrell –estaban programadas otras dos–, para las que no se aporta fecha.

En cualquier caso, el total de la fase culminará en septiembre, con lo que Reus alcanzará las 72 cámaras de videovigilancia en la vía pública. Entonces se realizarán las pertinentes pruebas y los dispositivos empezarán a funcionar.

Fuentes municipales apuntan también cámaras en la Guàrdia Urbana, la Comissaria Externa de Proximitat del antiguo hospital, la de la estación de buses, el Ayuntamiento y el edificio de la plaza del Castell, y unas todavía pendientes de acabar de ubicarse en el recinto del depósito municipal de vehículos.

Pese a que empezó a implantarse bajo el precepto de no convertir Reus en un Gran Hermano, la videovigilancia se ha vuelto un recurso muy reclamado y bien valorado por la ciudadanía. Vecinos de barrios que no la tienen la piden, y algunos de los que ya cuentan con cámaras solicitan que haya más.

Según la planificación que hizo pública el gobierno, el barrio del Carme, que ya tenía algunas, acaba de recibir tres nuevas cámaras en la plaza de la Patacada. «Es una zona con inseguridad y un foco de trapicheo y las cámaras ayudarán a controlar eso. Lástima que han tardado tanto en ponerlas», opina Fernando Castillo, vicepresidente de la Associació de Veïns L’Harmonia del Carme.

La capacidad de disuadir y la confianza en que, ante cualquier hecho, revisarlos servirá para atrapar al delincuente llevan al barrio a querer más aparatos: «Estaría bien tenerlos en el entorno de Sant Pancraç o de Sant Llorenç», añade Castillo, que señala puntos negros y sugiere que el gobierno «pregunte más a los vecinos» antes de avanzar en la vigilancia.

En la otra cara de la moneda, Mas Pellicer no tiene ninguna y aspira, al menos, a tres, «dos en la calle principal y otra cerca de la parada de bus, que siempre está vandalizada», explica el presidente de la Associació de Veïns I de Maig, Eduardo Navas. «El incivismo y la droga bajarían, pero no hay forma de que nos las traigan», lamenta Navas.

Y en la plaza de la Cultura de la Pau, la asociación de vecinos, con Víctor Muñoz al frente, está deseando «saber cuándo nos las van a instalar, porque las esperamos».

Desde el Mercadal, el vecino Ramon Masip señala que la videovigilancia le parece bien si es para velar por la seguridad, pero le gustaría «saber qué pasa con las imágenes y qué uso se les da». «Si son para controlar el incivismo o los robos, perfecto. Nos sentimos más seguros. Pero deben cubrir toda la plaza», concluye.

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