Reus empieza a avanzar en la implantación de una zona de bajas emisiones (ZBE), es decir, un área urbana donde no pueden acceder los vehículos más contaminantes. El despliegue de carriles bici, pacificación del tráfico y peatonalización de calles del centro ya van en esta dirección. Pero ahora, cumpliendo con la Ley 7/2021 de 20 de mayo de Cambio Climático y Transición Energética, Reus empieza a definir los límites de su futura ZBE y el primer paso para su materialización será el despliegue de cámaras y lectores de matrícula en los próximos meses.
Justo este junio, el Ayuntamiento de Reus ha licitado por 845.871,27 euros (IVA incluido) la ejecución del proyecto técnico. Es decir, la instalación de lectores de matrícula y cámaras panorámicas que permitirán llevar un control de qué vehículos acceden a la zona establecida como de bajas emisiones. Unos dispositivos que también permitirán determinar si estos vehículos cumplen con los requisitos exigidos: disponer de distintivo ambiental.
¿Dónde estarán ubicadas estas cámaras? ¿Cuántas serán? La Memoria del proyecto define todas estas cuestiones. De entrada serán 28 las cámaras instaladas: 19 lectores de matrículas y nueve cámaras panorámicas para hacer un seguimiento del estado del tráfico. Además, habrá cuatro pantallas digitales informativas. Todos estos dispositivos estarán distribuidos en 14 puntos a lo largo de las grandes avenidas que configuran la antigua circunvalación. Toda un área que delimita lo que será la futura zona de bajas emisiones de Reus.
Así pues, los límites serían: Països Catalans, avenida del Comerç, Onze de Setembre, Marià Fortuny, President Macià y avenida de Sant Bernat Calvó. Según la Memoria, esta área cubre 2,68 kilómetros cuadrados (el 40% de la zona urbana de Reus) y es donde reside el 66% de la población (70.735 personas).
Puntos de control en los accesos
Los 14 puntos de control estarán ubicados en los principales accesos de la ciudad (ver el detalle en el mapa y tabla adjuntos). Más concretamente, en la avenida de Països Catalans habrá cuatro de estos puntos. Estarán en la intersección con avenida Jocs Olímpics (un lector de matrícula); en la zona de las calles Dr. Vilaseca y Aleixar (un lector, una cámara panorámica y una pantalla informativa del tráfico); en la rotonda con Camí de Riudoms (lector, cámara y pantalla) y en Misericòrdia (dos cámaras panorámicas).
Siguiendo por Sant Bernat Calvó, aquí habrá dos puntos de control: en la intersección con Pere el Cerimoniós (un lector de matrícula) y en la entrada y salida de la plaza Europa (dos lectores). Otros dos puntos de control estarán en President Macià: en la zona de la avenida de Salou, donde hay la estación de buses (un lector, una cámara y una pantalla); y en la rotonda con avenida de Bellissens (dos lectores y una cámara panorámica).
En el tramo de la avenida de Marià Fortuny serán cuatro los puntos: en la zona de la avenida de Tarragona (un lector, una cámara y una pantalla); en Camí de Valls (un lector y una cámara); en calle del Roser, es decir, en la zona de la carretera de Montblanc (un lector y una cámara) y en Riera de Miró y avenida de Sant Jordi (tres lectores).
El último punto de la zona de las grandes avenidas estará en el cruce entre la calle General Moragues y Onze de Setembre, con también tres lectores. El decimocuarto punto de control se ubicará en la plaza de la Pastoreta, equipado con una cámara lectora de matrícula.
Una vez estén desplegadas todas las cámaras, la puesta en marcha de la zona de bajas emisiones estará más cerca, aunque, como se recuerda en la Memoria, el actual proyecto es «una parte de la totalidad». Y es que faltará definir otras cuestiones, como los instrumentos jurídicos o la participación ciudadana.
Además, el despliegue no quedará en una sola zona de bajas emisiones uniforme, sino que constará de tres coronas, con diferentes grados de limitación para los vehículos contaminantes, y su implantación se hará por fases. El nuevo Pla de Mobilitat Urbana i Sostenible del Ayuntamiento de Reus –aprobado de forma inicial– define una zona de ultrabajas emisiones, ceñida al Tomb de Ravals; una de bajas emisiones, definida por las grandes avenidas y donde se permitiría el tráfico de coches con etiqueta, con excepciones; y una tercera zona ampliable con el tiempo.
¿Falta información?
Mientras que el Ayuntamiento de Reus va dando pasos hacia el despliegue de la futura ZBE, a nivel vecinal denuncian falta de información. El presidente de la Fedració d’Associacions de Veïns de Reus (FAVR), Marcos Massó, explica que «hemos pedido en reiteradas ocasiones una reunión con el Ayuntamiento para que nos cuenten cómo será la zona de bajas emisiones, que podamos tener algo de información y, así, explicarlo a los vecinos». No obstante, «no ha habido forma».
También el presidente de la Associació d’Empresaris d’Hostaleria (AEH) de Reus, Víctor Perales, dice que «nadie nos ha explicado nada». No cree que la limitación de vehículos más contaminantes repercuta en la clientela, pero sí le preocupan los repartidores y, por lo tanto, los suministros. «En Barcelona hay una grave problemática y aquí pasará igual», recuerda. Y es que no todas las furgonetas cumplen con los requisitos medioambientales exigidos.
Por su parte, el presidente de El Tomb, Jacint Pallejà, evidencia que cambios de esta envergadura son siempre «complejos» y suelen conllevar problemas. No obstante, señala que no puede eludirse. Y es que la implantación de zonas de bajas emisiones es obligatorio en todas aquellas ciudades de más de 50.000 habitantes, como es el caso de Reus. En todo caso, Pallejà pide que la administración «lo haga bien, que informe al máximo» y no solo al vecindario, sino a toda la ciudadanía.