La tensión lleva semanas entre los comerciantes de Reus que integran la Unió de Botiguers. Y esta semana ha estallado de lleno.
Rosa Lucas asumió la presidencia hace poco más de un año, tomando el relevo de Meritxell Barberà, pero las voces contrarias a ella y a su junta eran un ruido de fondo que fue creciendo hasta convertirse en crisis. Una crisis que ha estallado esta semana en una asamblea celebrada ayer y en la que se llevó a votación una moción de confianza.
Los asociados hablaron muy claro, con 13 votos a favor de la continuidad de la actual junta y 29 pidiendo el cambio. Y es, según apuntan distintas fuentes consultadas, las voces contrarias al actual liderazgo de la Unió de Botiguers lamentan que la junta no se movía lo suficiente ni impulsaba las iniciativas que el comercio de Reus merece. Por ello quieren el cambio.
Sin embargo, la actual junta envió anoche un comunicado en el que afirmó que se trata de «una votación no vinculante con la que la Junta quería ratificar la confianza de sus asociados y que ha sido aprovechada de una forma repentina y manipulada por algunos de ellos para convertirla en una moción de censura, de la que la Unió de Botiguers está estudiando su legalidad, ya que no figuraba en el orden del día». La entidad añadió que seguirán «al frente de la entidad, hasta que se aclaren los hechos. En el caso de que los socios quieran una moción de censura, tendrán que convocarla legalmente para que todos los asociados puedan expresar su voto».
Lo que está claro es que hay una corriente contraria que quiere fuera a la actual presidenta de la entidad y a su equipo. Que muchos asociados tienen ganas de iniciar una nueva etapa y que así lo manifestaron de forma mayoritaria en la asamblea celebrada ayer. Y ahora, si se confirmara que el procedimiento es legal, se abriría un periodo para presentar candidaturas a unas elecciones.
Preguntada por el Diari, Rosa Lucas aseguraba ayer por la tarde que la situación les ha sorprendido y que no se lo esperaban. «Había algunas quejas muy normales en una asociación. Ya que había estas quejas, como es normal en una entidad, hemos convocado la asamblea, y ha salido así».
La polémica está servida y la crisis interna en la entidad comercial tendrá que resolverse en los próximos días, en los que deberá aclararse si se repite la votación o cuáles serán próximos pasos.