Un total de 90 municipios catalanes de menos de 50.000 habitantes están llevando a cabo obras de mejora de la seguridad vial a través de un paquete de ayudas por un valor total de 10 millones de euros del Servei Català de Trànsit. Una línea que, ahora, el Departament d’Interior de la Generalitat tiene intención de dar continuidad con una nueva convocatoria prevista para el próximo mes de junio.
De la primera convocatoria, seis de los 90 municipios beneficiarios son del Camp de Tarragona. En total, la cantidad invertida en estas comarcas es de más de 600.000 euros y se trata de Riudoms, Bellmunt del Priorat, Vilanova de Prades, Bràfim, El Catllar y Torredembarra. El objetivo es pacificar las vías urbanas, mejorar la seguridad y reducir los accidentes. De hecho, mientras que el número de víctimas mortales en vías interurbanas desciende, las muertes en vías urbanas del Camp de Tarragona han incrementado: si en 2019 fueron dos, el año pasado fueron cinco.
El conseller d’Interior de la Generalitat, Joan Ignasi Elena, lo explicó ayer por la mañana en Riudoms, donde visitó los trabajos que el municipio está llevando a cabo en el marco de esta subvención, que asciende a 144.000 euros. Como detalló el alcalde de Riudoms, Ricard Gili, la intervención se realiza en cuatro calles cercanas a zonas escolares y, ahora mismo, se centra en la avenida Primer d’Octubre.
Con el objetivo de reducir la velocidad de los vehículos y mejorar la seguridad de los peatones, Riudoms ha apostado por 20 actuaciones que consisten en ensanchar aceras, ganar visibilidad y eliminar barreras arquitectónicas. Concretamente, se han rebajado las aceras en los pasos de peatones, se han instalado también baldosas guía para personas invidentes y, ahora, los pasos sobresalen más sobre la calzada. «Así hay mejor visibilidad y como que la calzada se estrecha, también hace que el conductor reduzca la velocidad», explicó Gili al conseller Elena durante la visita. Para ganar también en visibilidad, se están eliminando algunas plazas de aparcamiento cercanas a los pasos de cebra a través de varias medidas: instalando bolardos o habilitando parkings de motos o de bicicletas.
Estos trabajos en la vía pública ya han alcanzado el ecuador y suponen una inversión de 128.000 euros, totalmente subvencionados por el Servei Català de Trànsit. En paralelo, y también a través de estas ayudas, Riudoms ha instalado cinco radares pedagógicos en los cinco accesos del municipio. Hace un año que están en marcha y han tenido un coste de unos 10.000 euros.
Gili se mostró agradecido «por estas políticas públicas» que contribuyen a «unas mejoras reales y tangibles». No obstante, aprovechó para explicar que Riudoms ya tiene claro en qué otra zona actuaría: en la a calle Baltasar de Toda i de Tàpies, donde está el Institut Joan Guinjoan i Gispert. «Estamos preparando el proyecto y sólo faltarán los recursos», comenta el alcalde.
En este sentido, el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, avanzó que la voluntad es dar continuidad a estas subvenciones, con otra inyección de 10 millones de euros. No obstante, «esto será posible si tenemos nuevos presupuestos», puntualizó. Como relató Elena, estas convocatorias dirigidas a la mejora de la seguridad vial en municipios de menos de 50.000 habitantes surgen de la necesidad detectada en pueblos y ciudades pequeñas. «Muchos municipios tienen planes, pero algunos no tienen los recursos suficientes», recordó.
Así pues, se decidió impulsar esta primera convocatoria para pacificar vías urbanas y travesías, subvencionando el 100% del importe y haciendo la aportación por avanzado. Inicialmente, la dotación fue de 5 millones de euros pero, finalmente, se dobló esta cantidad y, aun así, algunos municipios que solicitaron ayuda quedaron fuera.