El pleno de Reus aboga por la movilidad sostenible con el fin de reducir la huella ecológica y una de las muchas maneras de conseguirlo es con el despliegue del servicio de bicicleta compartida La Ganxeta y el uso del autobús municipal en detrimento del uso del vehículo particular. Así se dejó claro en la sesión de este viernes 29 de septiembre por la mañana al ser aprobada una moción de la CUP, que incluyó enmienda del equipo de gobierno aceptada por el grupo proponente.
«Hay que replantear la frecuencia, el recorrido y el coste del autobús municipal. El uso del transporte público no está muy extendido y uno de los motivos es su precio. Podrían ampliarse ofertas especiales que se hacen a estudiantes a otras franjas de edad. Eso significaría crear líneas de autobús compatibles con los horarios laborales, llegando a barrios y polígonos de la ciudad» dijo la portavoz de la CUP, Mònica Pàmies.
En nombre del equipo de gobierno, el concejal socialista Daniel Marcos, expuso –en el marco de la lectura de la enmienda– que los acuerdos propuestos por los cupaires se trasladarían a Reus Transport y los consejos de administración correspondientes, «para estudiar su viabilidad». Y es que, además de lo comentado, Pàmies incidió en la importancia de tener un horario amplio de La Ganxeta, para fomentar su uso para ir al trabajo, entre otras posibilidades. A lo que Marcos confirmó que «la bicicleta estaría activa las 24 horas».
Otros aspectos sobre la puesta en marcha de La Ganxeta, relativos a las normas de la ordenanza de movilidad sostenible y la convivencia con las bicicletas privadas (así como dónde aparcar éstas) fueron sacados a colación por otros partidos como Vox, a través de una moción. En este caso, relacionada con la adopción de una moratoria en la entrada en funcionamiento del servicio de bicicleta compartida, punto que no obtuvo el apoyo del pleno.
El portavoz de Vox, Julio Pardo, consideró que el sistema «tenía lagunas de carácter jurídico». «Antes de arrancar, hay que regular cosas, ya lo hemos visto en ciudades como Barcelona, donde se están suprimiendo carriles bici. Tal vez, se ha ido demasiado rápido», señaló el concejal del partido de extrema derecha. Sebastià Domènech (PP) coincidió con él, añadiendo que [el sistema] «generará déficit municipal y se prevé poco uso, por no hablar de la pérdida de aparcamiento de vehículos y motocicletas».
Varios concejales se mostraron contrarios a la moción de Vox sobre La Ganxeta. Montserrat Caelles (Junts per Reus) sostuvo, por poner un caso, que «estamos en contra de la moción por la forma y el análisis que se hace de este sistema nuevo, se puede analizar de forma más constructiva». La forma de moverse por Reus centró, pues, parte del debate del que fue el segundo pleno del nuevo gobierno. La CUP fue, además, el único grupo municipal de la oposición que logró hacer pleno con las dos mociones que llevó a votación. Su segunda moción, en relación con el uso de la lengua catalana, prosperó con enmiendas del equipo de gobierno.
Otros partidos expusieron, en forma de propuestas de resolución, temas que trascienden los límites del término municipal. Fue el caso del PP, con una propuesta contra la tramitación de la ley de la amnistía, que fue debatida en Junta de Portaveus y desestimada; y otra de Junts per Reus, formulada en apoyo al exconseller Miquel Buch y el sargento Lluís Escolà, que fue rechazada.
Cita previa y seguridad
En otro orden de cosas, una moción de Junts per Reus, relacionada con la eliminación de la obligatoriedad de la cita previa del Ayuntamiento, no prosperó; y otra de Vox, en la que pedían un plan de seguridad y patrullas a pie 24 horas contra el incivismo y la inseguridad en Mas Pellicer y Sant Josep Obrer, tampoco consiguió el apoyo del pleno. En la moción de Vox, la alcaldesa, Sandra Guaita, pidió que «no se estigmatizara a los barrios, hemos venido a trabajar para ellos». Y, en el apartado de ruegos y preguntas, los partidos de la oposición se explayaron: se trataron hasta cinco temas distintos. Hubo una pregunta del PP relacionada, por ejemplo, con la dificultad de disposición, por parte de entidades deportivas –al ascender de categoría– de equipamientos públicos adecuados para practicar deporte. El concejal Sebastià Domènech expuso un caso concreto y acabó recalcando que se trataba de una situación que no se podía ir repitiendo. A lo que el concejal de Salut i Esports, Enrique Martín, contestó que la voluntad del gobierno es «incrementar infraestructuras» para entidades deportivas que lo necesiten.
La reunión sobre el nuevo modelo de movilidad en el casco antiguo, donde se limitará la circulación de coches, también salió a debate. Fue a raíz de unas preguntas y un ruego hecho por Sílvia Virgili (PP) y Montserrat Caelles (Junts per Reus) respectivamente. Ambas contaron que vecinos y comerciantes les trasladaron su «malestar» tras la exposición de las futuras limitaciones en el casco antiguo y Caelles, incluso, que les hubiera gustado tener una reunión política previa a la realizada con vecinos. Sobre ello, la edil de Seguretat Ciutadana i Convivència, Dolors Vázquez, aportó: «Les informaremos en los espacios pertinentes y tendremos más reuniones con los vecinos afectados».
La despedida de Prats: «En la política municipal, hay mucho esfuerzo personal»
El concejal de Empresa, Formació i Ocupació del Ayuntamiento de Reus, Carles Prats, renunció ayer al cargo. Lo hizo al final del pleno y, así, dará paso a Òscar Subirats. «Me quiero quedar con las cosas positivas. En la política municipal, hay mucho esfuerzo personal y mi intención fue la de sumar», dijo Prats y destacó que ha conocido a mucha gente y ha podido conocer mejor Reus. Los grupos municipales se despidieron, también: la concejala Noemí Llauradó (ERC) fue quien se explayó más, detallando proyectos desplegados por el edil y la cupaire Mònica Pàmies se mostró crítica y enumeró temas en los que se produjeron «debates y discrepancias» con el concejal saliente, como el Mercat del Carrilet o el Gastromercat.
La funeraria Mémora presenta un recurso contra FuneCamp
Otro punto abordado en el pleno fue dar cuenta de la comparecencia del Ayuntamiento en un recurso contencioso administrativo interpuesto por la funeraria privada Mémora, ésta en contra del avance de la creación de la funeraria mancomunada FuneCamp. Dicho ente municipal se presentó en 2022 y gestionaría los servicios funerarios de Reus, Salou, Vila-seca y Constantí. Sobre el tema, la concejala Montserrat Flores expuso que «esto era previsible, ya que la competencia privada usa varios recursos, entre ellos los judiciales, como obstáculo».
La edil avanzó, además, que, en futuros plenos, superarán alguno más: «A causa de un error administrativo, no atribuible al Ayuntamiento, hará falta hacer un expediente nuevo para seguir llevando a cabo este mismo proyecto, con los mismos objetivos, alianzas y medios». «Seguiremos adelante con FuneCamp», aseguró la concejala Flores.