La rueda de la historia ha girado rápidamente en Albania en las últimas tres décadas, más rápido que en cualquier otro lugar de Europa. En las postrimerías de la guerra fría, sólo Corea del Norte rivalizaba con ella en pureza ideológica y celo totalitario. Su régimen comunista fue el último de Europa del Este en desmoronarse. Después llegó el capitalismo salvaje, que condujo a las estafas piramidales, su colapso, la furia y casi la guerra civil.
Lea Ypi cuenta esta historia en unas memorias extraordinarias, escritas primero desde la perspectiva de una niña idealista protegida de las realidades del régimen paranoico de Hoxha, y luego como una adolescente curiosa que observaba las oportunidades, pero también los peligros y engaños del capitalismo soñado durante tanto tiempo. La experiencia la llevó a convertirse en una incansable cuestionadora de lo que significa ser realmente libre.
«Tuve esta obsesión por la libertad durante toda mi vida», afirma en una entrevista con la BBC. «Me trasladé al oeste y no vi realizado este gran sueño, la verdad. O al menos vi que se realizaba para algunos, pero no para otros. En Albania teníamos la gran idea de que este mundo iba a darnos lo que queríamos, y luego nos dimos cuenta de que en realidad no funciona así, cumple con las libertades de primera generación, supongo. Hay libertad de pensamiento, libertad de expresión, libertad de asociación... Llegué a Marx a partir de Hegel y Kant. Mucha gente me preguntaba: ‘¿Cómo puedes interesarte por Marx teniendo en cuenta tus antecedentes familiares? Pero para mí era difícil no explorar las ideas. Para mí, Marx no es ni un santo ni un enemigo, en cierto modo». Ypi es catedrática de Teoría Política en la London School of Economics y enseña estudios de marxismo. Dado el calvario de su familia bajo Hoxha –sus dos abuelos fueron presos políticos, el paterno durante 15 años por «agitación y propaganda»–, su elección por la filosofía y en particular el marxismo lleva desesperando a su madre desde hace años.
El argumento de Lea Ypi es que los desastres de las dictaduras comunistas condujeron a un bandazo incuestionable hacia el capitalismo y a una fusión de la democracia con el libre mercado. Según ella, las instituciones capitalistas defienden la libertad de boquilla, pero no la hacen realidad, porque no garantizan la igualdad de oportunidades para todos. Las historias clásicas de Hayek son que la sociedad es espontánea... y que el mercado cumplirá de alguna manera. Eso no es más que una pérdida de control y una mentira.
Ypi, de 42 años, tiene una respuesta sencilla para quienes sugieren que su libro blanquea los años de Hoxha, los años de la dictadura más feroz de la Europa de postguerra: lean el libro. Y tiene razón. El libro rebosa de detalles precisos de la vida bajo el comunismo. Desvela los compromisos, el miedo y las traiciones de un estado policial secreto, pero también es un recordatorio edificante y humorístico de lo mucho que puede resistir el espíritu humano. La disputa con los vecinos por la propiedad de una lata de Coca-Cola vacía, un objeto con un caché extraordinario en la monótona Albania de los años ochenta. La etiqueta que seguir en las colas de las tiendas. Están los juegos de palabras que sus padres hacían delante de ella para mantener su inocencia infantil; cuando se referían a las carreras universitarias que cursaban las amistades, era un código para largas condenas en campos de prisioneros políticos.
«Mi libro trata en parte del hecho de que nadie puede quitarte tu dignidad por mucho que lo intente», dice al final de la entrevista, «y en parte de cómo siempre hay lentes ideológicas a través de las cuales leemos el mundo y por eso en realidad siempre estamos en una u otra mentira».
¿Qué sistema es mejor? Ypi no se moja. «Una de las cosas que la gente malinterpreta del libro es que creen que intento comparar el socialismo y el capitalismo y decir que uno es peor que el otro. Pero no se está comparando uno con otro. Lo que hay que hacer es tomar un sistema al pie de la letra y ver qué tipo de compromisos tiene y qué ideales intenta hacer realidad. Luego hay que ver lo que hace por la gente corriente y por todo el mundo y preguntarse si este sistema representa a todo el mundo o no. Y entonces encuentras los fallos y criticas el sistema».
«Mi mundo está tan lejos de la libertad como aquel del que intentaron escapar mis padres. No se trata de estos mundos frente a frente. Se trata de estos mundos frente a la libertad. Comunismo y Capitalismo. No se trata de si uno es mejor o peor que el otro. Se trata del núcleo común del que parten, que es este ideal de libertad que ambos prometen realizar y fracasan por diferentes razones.»
Lectura como bálsamo ante lo que se nos viene encima.