Me ha gustado el artículo de Julia López-Madrazo en Heraldo de Aragón en defensa de la clase media del periodismo, de los profesionales que trabajan a destajo pero sin el brillo y el protagonismo de los famosos. Son los que cubren noticias de Tarragona, de Zaragoza o de Valencia... que cuentan lo que ocurre, no lo que ellos quieren que suceda. Los que hablan con la gente, se ensucian las botas de barro, no pontifican como un tertuliano, no se muestran como un divo.
Hay gente para todo, como para la polémica entre Broncano y Motos, que sigo menos que la Copa América. O para programas de televisión, cuyos humoristas, sentados en balas de paja, recrean conversaciones de establo.
Prefiero la opción de Julia: menos candilejas y más periodismo.