Repsol vuelve a dejar en el aire sus inversiones en España, entre ellas los 1.100 millones de euros previstos en una inversión estratégica para el futuro del polo petroquímico de Tarragona, a la espera de saber cómo evoluciona el impuesto a las energéticas, después de que el Gobierno pactase la semana pasada con sus socios parlamentarios una prolongación del gravamen a las compañías del sector energéticos otro año más. El Ejecutivo prepara ahora un real decreto y en el que se concretarán las nuevas condiciones del gravamen.
Pero a la espera de conocer los detalles de este real decreto, Repsol ya ha vuelto a advertir que estas inversiones peligran. Así lo dejó claro ayer Luis Cabra Dueñas, director general de Transición Energética, Tecnología, Institucional y adjunto al CEO de Repsol, en unas jornadas energéticas organizadas por El Español. «Tenemos que ver cómo acaba esta historia del impuesto para ver qué recursos tenemos para invertir. Las inversiones están ahora en un ‘veremos’ hasta tener más claridad en uno o dos meses», comentó Cabra, refiriéndose a las inversiones que pretende ejecutar en sus instalaciones en Tarragona, Cartagenera, Bilbao y Puertollano.
El directivo añadió que «no se trata de una cuestión de estómago, es una realidad económica. Tenemos planteadas inversiones milmillonarias en nuestras refinerías para su descarbonización. Si una parte de la caja se va en un impuesto que consideramos excesivo tenemos menos dinero para invertir en España».
Competitividad industrial
Cabra Dueñas también se refirió a los informes que avisan de la pérdida de la competitividad industrial de la Unión Europea. «Este 2024 se ha convertido en el año de las reflexiones sobre el contexto económico que vivimos. Por ejemplo, la Declaración de Amberes, donde más de 1.000 empresas con instituciones europeas reconocen el mismo problema que el informe Draghi», afirmó el adjunto al CEO de Repsol.
Los proyectos de Repsol en Tarragona que peligran, en el caso de que la compañía retire la inversión de 1.100 millones, son la Ecoplanta de El Morell y el mayor electrocatalizador de España, asociado a esta planta, que son el buque insignia de la descarbonización del polo petroquímico de Tarragona, además de cruciales para su futuro. Su destino, de consumarse la amenaza, podría ser Portugal.