La Unión Europea, mediante su Estrategia Europea de Economía Circular para los plásticos, se ha marcado el objetivo de que en 2030 todos los envases plásticos sean 100% reciclables. A más corto plazo, en 2025, el objetivo es lograr un porcentaje mínimo del 25%. Para alcanzar estos objetivos, Ercros está desarrollando nuevas formulaciones de compuestos de PVC que lleven incorporado esos porcentajes de reciclado.
Dentro de esta estrategia para fomentar la economía circular, la compañía ha puesto en marcha un programa de I+D basado en el reciclado mecánico de PVC postconsumo, que a día de hoy es la alternativa más sostenible.
En este contexto, ha iniciado un proyecto de colaboración con una empresa de fabricación de ventanas de PVC, en el que también están involucrados varios centros tecnológicos.
El objetivo es incorporar material reciclado de PVC en una de las capas del interior de los perfiles de ventanas y puertas, lo que aumenta aún más el aislamiento térmico y acústico de estos productos, y además contribuye a la circularidad y reciclabilidad de los materiales.
En el reciclado mecánico el material se muele hasta llegar a partículas muy pequeñas que se mezclan. «El problema es que normalmente el material reciclado viene coloreado, y si, por ejemplo, tienes que hacer blanco, no se puede incorporar en las capas externas; el PVC ya es un aislante térmico, por lo que pensamos en introducirlo en las cámaras huecas internas: se trabaja con agentes espumantes y queda como una esponja, lo que mejora el aislamiento de la ventana, con la ventaja de que es el mismo material, y en el futuro, cuando se tenga que reciclar no hay que separar», explica Manuel Tierno, jefe del departamento de I+D de plásticos en Ercros. «Utilizas material residual, mejoras las prestaciones, y facilitas el futuro reciclado, con lo que se cierra el círculo», sintetiza.
En España los perfiles de estas ventanas se hacen huecos porque no se registran temperaturas extremas. Hacerlos macizos tendría un coste y un peso demasiado elevados; en los países nórdicos, por ejemplo, se rellenan de poliuretano.
«El gran problema -analiza Tierno- al terminar la vida útil de las ventanas y desmontarlas, es que hay que separar materiales, lo que significa un auténtico desafío: cómo incorporar el mismo producto, que sea reciclado, y que mejore funcionalidad».
Los especialistas de Ercros consideran que en los próximos años, -«cinco como mucho»-, incorporar material reciclado va a ser obligatorio. Por otro lado, el pasado 1 de enero entró en vigor el nuevo impuesto para los plásticos no reutilizables. El proyecto ha recibido una subvención del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, para promover la innovación y el desarrollo tecnológico.
En la actualidad varios clientes están probando estos compuestos con éxito. El esfuerzo realizado en las fases iniciales para identificar y homologar diferentes fuentes de material reciclado postconsumo y postindustrial, así como el ensayo e incorporación de técnicas para su tratamiento, ha permitido obtener cotas muy altas en la calidad de los productos fabricados.
«Estamos en la fase de probar distintos tipos de espumantes para darle esa textura de esponja para que haga su función; ya tenemos seleccionado el material reciclado tras probar varios proveedores –trabajan con tuberías, productos sanitarios, y hasta cabezas de muñeca-, y ya vemos el que tiene mejores prestaciones... Algunas pruebas tienen muy buena pinta», avanza Manuel Tierno.
El siguiente paso será dar el salto a la fabricación a mayor escala. Como todo proceso industrial, resulta esencial que el material tenga la homogeneidad y el volumen suficiente. «Cuando tengamos, lo enviamos al fabricante, que lo está esperando, que probará a inyectar y comprobará que aísla mejor. A partir de ahí, tras los últimos ajustes para lograr la fluidez óptima, llega la hora de hacer el compuesto y comercializar, con toda la formulación necesaria para que el fabricante pueda proceder al inyectado».