Los principales sindicatos españoles plantan cara a Twitter ante el drástico proceso de ajuste con el que la red social se desprenderá a nivel global de unos 3.700 trabajadores, prácticamente la mitad de su plantilla.
Un proceso que ha generado una enorme incertidumbre y mucho nerviosismo entre los empleados, que siguen pendientes de sus correos electrónicos para comprobar si están o no dentro de la temida lista.
Según confirman fuentes de la empresa, la treintena de trabajadores que Twitter tiene en España no ha recibido aún la notificación oficial de su despido, algo que también confirmaban a media tarde del domingo desde los sindicatos, a pesar de que horas antes, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, aseguraba en su cuenta de la red social que «nos llega que TwitterSpainSL despide sus 26 trabajador@s por correo». También el secretario general de CC OO, Unai Sordo, indicaba que «parece ser que a las 17:30 de ayer casi todos los trabajadores de Twitter España recibieron un correo con su despido».
En todo caso, los empleados de la sede nacional sí han sido informados ya del proceso de ajuste global que está llevando a cabo la compañía. Y es previsible que buena parte de ellos -incluso el ‘staff’ al completo- se vea afectado por estos recortes. Ante esta posibilidad, los representantes de los trabajadores se mostraron ayer dispuestos a iniciar una batalla legal contra la decisión de la empresa, al considerar que estos despidos serían nulos en España al no realizarse bajo la fórmula del despido colectivo.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, explicó el domingo que la regulación nacional obliga a la empresa a abrir un periodo de consultas, negociar durante 15 días y comunicar su decisión a la autoridad laboral. «No hacerlo así convierte los despidos en nulos y tendrán que readmitir a todos los trabajadores», aseguró. Álvarez aprovechó para recordar «la necesidad de recuperar la autorización administrativa previa en los despidos colectivos», que quedó pendiente en la última reforma. «Es evidente que lo tenemos que retomar. La gente no puede estar tan desprotegida». Por su parte, desde CC OO coinciden en que «las empresas multinacionales, trabajen en el sector que trabajen, no pueden obviar la legislación laboral de cada país y el sindicato ofrecerá la batalla legal y sindical necesaria para restituir en sus derechos laborales a este colectivo de personas trabajadoras».
Con este telón de fondo, aseguran que denunciarán estos despidos ante la Inspección de Trabajo si finalmente se materializan, poniéndose a disposición de los empleados para tomar cualquier tipo de acción legal si así lo consideran. Incertidumbre De momento, el desconcierto es absoluto entre los afectados. Ni siquiera se ha confirmado el número exacto de despidos. Y el hecho de que la compañía cerrase todas sus oficinas el jueves «para garantizar la seguridad de cada empleado» tampoco ayuda a la transparencia del proceso.
El hombre más rico del mundo justificó su decisión por las pérdidas de la red social, que él mismo ha cifrado en unos cuatro millones de dólares al día. Unas palabras con las que viene a reconocer que pagó 44.000 millones de dólares por una empresa prácticamente en ruinas. Por eso, su objetivo ahora es rentabilizar al máximo la compañía. No lo tendrá fácil. Es previsible que la caída de ingresos se agrave a lo largo de los próximos meses, después de que varios grandes anunciantes hayan decidido retirar su inversión publicitaria de la red social. Es el caso de compañías como Volkswagen, General Motors o el gigante de la alimentación General Mills, que han mostrado su preocupación en torno a la deriva de Twitter, especialmente por el impacto que pueda tener Elon Musk en la gestión del contenido.
A esto se suma el incremento de costes que la compañía tendrá que asumir por el pago de indemnizaciones y por la previsible batalla legal que se avecina por parte de los trabajadores afectados por los despidos. Desde la compañía defienden que, en el caso de EE UU, Musk ha ofrecido una indemnización de tres nóminas que, según explican, es un 50% más de lo requerido legalmente en el país. No obstante, ya hay interpuesta una demanda colectiva en la corte federal de San Francisco, al considerar algunos de los afectados que la empresa ha incumplido la ley por no avisar con 60 días de antelación de este despido masivo.