España, por debajo de la Unión Europea en atracción de estudiantes internacionales

Acoge a casi un tercio de los universitarios latinoamericanos que estudian en Europa, pero queda rezagada en la movilidad de europeos y asiáticos

18 noviembre 2024 15:59 | Actualizado a 19 noviembre 2024 10:19
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Las universidades españolas se encuentran en un proceso de internacionalización tanto en términos de profesorado como de estudiantes. La proporción de profesores extranjeros en España ha aumentado en los últimos años (3,4% en 2021-2022 frente al 2,6% en 2016-2017), y lo mismo ocurre con los estudiantes internacionales, si bien las cifras aún están lejos de la media europea, según el último Focus on Spanish Society editado por Funcas.

Es indudable que los estudiantes extranjeros están ganando peso en las universidades españolas. En el curso 2021-2022, los extranjeros que estudiaban en ellas con el fin de obtener un título oficial (no simplemente de participar en algún programa de estancias cortas, como el Erasmus) representaban el 5,8% de la matrícula en las universidades presenciales, 2,5 puntos porcentuales más que en 2016-2017, según datos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

No obstante, el porcentaje de estudiantes extranjeros que desean alcanzar un título en universidades españolas es bastante bajo. De acuerdo con Eurostat, los estudiantes internacionales representaban en 2022 el 4,8% del total de la matrícula en universidades españolas (presenciales y no presenciales), casi cinco puntos por debajo de la media de la UE27 (9,4%).

El porcentaje español es significativamente inferior al que registran países grandes y con elevado PIB per cápita, como Alemania (12%) y Francia (10,6%) o, fuera de la UE, Reino Unido (20,9% en 2019), pero también es menor que el de países más pequeños y menos ricos como Portugal (11,8%) o Hungría (14,3%).

Esos datos sugieren que el atractivo internacional de las universidades españolas es comparativamente bajo. De hecho, de los casi 826.500 estudiantes europeos que en 2022 estaban matriculados en universidades europeas de países diferentes de aquellos en los que residen con el fin de obtener un título oficial, España solo acogió al 3,3% (Reino Unido al 17%, Alemania al 15,3% y Países Bajos al 9,5%).

Más bajo es todavía el porcentaje cuando se calcula sobre los estudiantes asiáticos que estudian fuera de sus países de origen: de los cerca de 570.000 estudiantes asiáticos matriculados en universidades europeas, España acogió al 1,3% (mientras que Reino Unido acogió al 38,6%, Alemania al 24,2% y Francia, al 8,2%).

En cambio, España es líder indiscutible, con un 30,2%, en la acogida de latinoamericanos que estudian en universidades europeas, si bien estos solo ascienden a 105.000, apenas una octava parte de los estudiantes internacionales europeos y una quinta parte de los asiáticos. Aumentar la presencia de estudiantes internacionales en las universidades españolas requeriría, entonces, mejorar su posicionamiento institucional y académico entre los públicos europeos y asiáticos.

Asistencia sanitaria

El acceso universal a la asistencia sanitaria se considera en Europa un derecho básico. Sin embargo, en 2023 no pocos ciudadanos todavía declaraban tener algunas necesidades médicas insatisfechas. Aunque son una minoría en el conjunto de la UE (3,8%), representaban una proporción nada despreciable de la población en algunos países.

En Estonia, Grecia, Dinamarca y Letonia, más de una de cada diez personas de 16 años o más declaró no poder satisfacer sus necesidades sanitarias. Los países con menores porcentajes eran Chipre, Malta, Alemania y Austria. Con un 3,1%, España también forma parte del grupo de países en los que el porcentaje de las personas que declaran no tener satisfechas sus necesidades médicas se situó por debajo de la media europea (3,8%). Preguntados por las razones que habían impedido satisfacer tales necesidades, uno de cada dos citó las listas de espera.

La capacidad económica desempeña un papel crucial en la posibilidad de evitar los obstáculos de acceso a la atención sanitaria, como el alto coste, las distancias o las listas de espera. Un 6% de las personas en riesgo de pobreza en la UE refiere este tipo de necesidades sanitarias insatisfechas, el doble que el resto de la población.

España es una de las pocas excepciones a ese patrón, ya que apenas existe disparidad entre quienes están en riesgo de pobreza y el resto. No sucede lo mismo con el acceso a la atención bucodental, aspecto en el que España registra un mayor porcentaje de necesidades insatisfechas que la media europea (6,1% frente a 4,7%). Por otro lado, tras la pandemia, la satisfacción con la asistencia sanitaria pública no ha parado de descender entre la población española.

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