Durante 2020, una vez más el sector de la automoción ha demostrado por qué es una de las principales industrias de España. Arrancábamos el año con un claro objetivo: abordar la transformación hacia la movilidad del futuro. Pero la pandemia de la Covid-19 nos golpeó fuertemente, como al resto de la sociedad. Esta situación ha provocado caídas históricas en el mercado, en la producción y un lastre para el resto del año 2020. Pero, aunque el golpe ha sido duro, no podemos perder el foco. Tenemos que aprovechar todo el esfuerzo público-privado que se va a poner en marcha para hacer de esta crisis una oportunidad. Nuestro primer objetivo tiene que ser abordar la recuperación de la producción y el mercado, que acumula caídas cercanas al 40% en comparación a 2019, el año antes de la pandemia. Es un paso fundamental, porque si queremos que la automoción se transforme y siga representando un importante motor económico e industrial tanto para España como para Cataluña (donde acumula el 10% del PIB de la región y da empleo de manera directa, indirecta e inducida a 143.000 personas) es necesario que apuntalemos los sólidos cimientos sobre los que se ha construido esta industria de la automoción.
No es una cuestión fácil pero no vamos a rendirnos. No es la primera vez que el sector se enfrenta a una crisis. Tenemos en los fondos Next Generation UE una palanca para el cambio, para acelerar la transformación y alcanzar la recuperación. Pero, aunque la dotación económica es esencial, no es cuestión única, pues es imprescindible que todos, empresas, administraciones y sociedad compartamos un modelo único de hacia dónde queremos ir. Para ello, la colaboración tanto del Gobierno central como de la Generalitat son vitales para que la transformación hacia la nueva movilidad sea una verdadera oportunidad de futuro, para mantener y crear más empleo de calidad y potenciar la competitividad de la industria.
Es fundamental compartir entre todos los actores un modelo de futuro, con una visión única, consensuada y compartida. Un modelo, como el que plantea ANFAC, que busca mantener el empleo y la producción y, en paralelo, establecer herramientas y medidas eficaces que impulsen los tres ejes fundamentales de electrificación, renovación del parque y competitividad industrial.
La necesidad de un modelo común no es una petición retórica, sino un elemento clave de nuestro futuro. Si compartimos una visión, las herramientas para llegar a ese futuro serán más eficaces, porque nacen del consenso. Si, por el contrario, carecemos de ese modelo, es seguro que se acumularán medidas, pero no serán eficaces. Una visión común y herramientas consensuadas es la receta, para avanzar hacia el futuro, pero, también, conservar el presente. Hagamos de la automoción un proyecto-país que nos impulse a seguir siendo un referente en la nueva movilidad.
