El agua y la energía son estratégicos para nuestro futuro económico. De ello se habló esta semana durante la jornada titulada El valor estratègic de l’energia i l’aigua, organizada por el Club Tarragona Esade Alumni en colaboración con el Club Energia i Medi Ambient de Esade Alumni, y celebrada en la Sala Victoria Climent del Diari de Tarragona, medio colaborador de esta organización de antiguos alumnos.
La jornada sirvió para dar inicio al nuevo curso 2024-2025, con la asistencia de alrededor de unas cuarenta personas, que escucharon el análisis y las reflexiones de los dos ponentes invitados: Marina Arnaldos, Director of Growth and Solutions en Cetaqua, y Daniel Pérez, CEO de L’Energètica.
La primera en hablar fue Marina Arnaldos, que avanzó que «hay una certeza compartida de que con el agua hay un problema, que tiene consecuencias que pueden ser muy complejas».
«Lo primero -explicó Marina Arnaldos- es ver qué problema tienes». Un mal diagnóstico, alertó, puede llevar a soluciones equivocadas. «En Catalunya -aseguró-, tenemos un problema de déficit de recursos. Tenemos un problema en la parte de la oferta».
«Hay que explorar nuevos recursos -aseguró Marina Arnaldos-, porque el usuario catalán ya es un usuario eficiente, estamos en el límite que marca la OMS». Así que, si en términos de eficiencia ya no hay demasiado margen de mejora, porque «llega un momento en el que seguir siendo eficientes es complicado», solo queda aumentar los recursos, o de lo contrario agudizaremos «la competencia por el recurso».
«Lo que hay que hacer para acabar con las tensiones sectoriales y territoriales -aseguró esta experta en agua- es añadir nuevos recursos hídricos no convencionales, porque no hay que esperar a que llueva para tener agua». Esos recursos no convencionales son dos: la desalación y la reutilización de agua. «Tenemos la tecnología y el tejido profesional para no tener sequía», defendió Marina Arnaldos, que fue más allá: «La sequía que hemos tenido en Catalunya es innecesaria».
También lo serán las que están por venir. En este punto, si no actuamos, asoman nuevas crisis: «La digitalización, la descarbonización y la renaturalización son grandes consumidores de agua». Y, en buena parte de ellos, interviene un uso intensivo de la energía. «Hoy es imposible escapar del vínculo entre la energía y el agua. Para tener agua, necesitamos energía».
Daniel Pérez, CEO de L’Energètica, recogió el testigo: «Hoy es el primer día de la próxima crisis del gas», arrancó. «Con la crisis de Ucrania, nos dimos cuenta de que la energía no era tan evidente. Pero la tecnología ayuda, y de la misma forma que con el agua nos ayuda a desconectarnos de la lluvia, en el caso de la energía, las renovables nos permiten desconectarnos de los dictadores».
«Hoy -aseguró-, generar energía renovable en una buena ubicación es más barato que generar energía fósil. En diez años, la fotovoltaica ha reducido por diez su coste. Pero solo el 30% de la energía eléctrica del mundo se genera con renovables. En China, el 60% de la energía se hace con carbón».
En un contexto en el que «la demanda eléctrica va a aumentar», Daniel Pérez lamenta que «la electrificación es el gran olvidado de la transición energética: ahora, la energía eléctrica es un tercio del total de energía que se consume; tenemos que conseguir que sean dos tercios».
La electrificación es la clave, y va a ser crucial para el agua: «El problema del agua, en esencia, es un problema energético», concluyó Daniel Pérez.
El agua y la energía están hoy vinculadas: no podremos tener más agua sin más energía
