A veces las cesiones ofrecen todo lo que los actores implicados esperan. No siempre suele ser así, pero cuando sucede es motivo de felicidad. Este es el caso de Óscar Sanz que en el Unionistas ha encontrado todo ese protagonismo que su fútbol necesitaba. El Nàstic vio en verano la posibilidad de cederle a un equipo de la misma categoría y del otro grupo en un movimiento de poco riesgo. Prometía la cesión y se está cumpliendo porque el joven mediocentro está acumulando partidos y minutos en una categoría que curte y está más que preparado para su retorno. Habrá que decidir en junio, pero la opción del canterano está sobre la mesa. Se le sigue con constancia y de momento se está más que satisfecho con su rendimiento.
Óscar Sanz llegó a ser considerada por mucho la mayor perla de la cantera del Nàstic. El joven mediocentro estaba llamado a quemar etapas de manera vertiginosa. En el Juvenil A lucía talento, en la Pobla jugaba con mayores con una inteligencia y desparpajo que llamaba la atención. Su siguiente paso era el Nou Estadi.
Ese momento llegó la temporada pasada, pero su adaptación al ritmo de la primera plantilla no fue fácil. Agné apenas le dio minutos y el joven mediocentro se sumergió en un contexto de pocas posibilidades que menguaron su confianza y su fútbol. Ni siquiera llegó a tener minutos durante la primera vuelta y el mercado de invierno fue un panorama ideal para buscar una salida en busca de minutos. Si todo futbolista necesita jugar, qué decir de un jugador con toda su carrera por delante.
En río revuelto apareció la opción del Ebro que se llevó a Óscar Sanz, pese a que había otros clubes interesados. El mediocentro acudía a una categoría nueva como la 2ªRFEF. Una por debajo de la Primera RFEF en la que militaba el Nàstic, pero también de exigencia contrastada. Fue le mejor decisión que pudo tomar porque pasó de no jugar nada a jugarlo todo. 18 partidos en los que logró cuatro goles fueron los grandes registros de Sanz en tierras aragonesas.
En verano tenía la intención de intentar ganarse un sitio de nuevo en el primer equipo, pero Raül Agné volvió a cerrarle las puertas y otra vez se tomó la decisión de salir cedido.
Esta vez eligió una categoría superior como la Primera RFEF. Quería demostrar que podía ser protagonista en un club de la misma categoría que el Nàstic. Lanzar un mensaje desde el mismo piso. Ahí apareció Unionistas para reclutarle en un movimiento que a día de hoy saca sonrisas.
Sanz ha jugado 21 partidos (15 encuentros como titular) en los que ha logrado un gol y ha demostrado que es un pivote defensivo de gran proyección. Presente y futuro. El Nàstic tiene la opción de renovarle en junio un contrato que expira el 30 de ese mismo mes.