El delantero centro es un ser diferente al resto en el mundo del fútbol. Siempre anda en el centro de la diana y eso conlleva una responsabilidad que en las buenas te hace salir en las fotos, pero en las malas también. Si juzgar al jugador resulta complicado, con el delantero suele ser algo más sencillo para el aficionado o el entorno porque todo se suele reducir a su impacto goleador. Últimamente se intenta alabar y ensalzar que el ariete posea otras virtudes, pero cuando no marca se encienden las alarmas. No se entiende la figura del delantero centro sin el gol y eso es algo que todo el mundo tiene interiorizado.
El Nàstic está ahora mismo en una mala racha de resultados que le ha hecho sumar solo cinco de los últimos quince puntos disponibles desde la llegad de Iñaki Alonso. Hay varios argumentos que resultan ser firmes a la hora de explicar esta mala dinámica. Algunos tienen más y otros tienen menos peso, pero es una evidencia que al conjunto grana le falta generar ocasiones de gol y sobre todo materializarlas.
Son tres goles en los últimos seis partidos los que suma el equipo tarraconense. Las cifra son engañan y son muy pobres. Quintanilla, Eric Montes y Marc Fernández han sido los autores de las tres últimas dianas. Un defensa central, un mediocentro defensivo y un atacante polivalente que no responde con fidelidad a la definición de delantero. Sorprende que no aparezca el gol de los tres arietes que tiene el Nàstic en plantilla. Ni Guillermo Fernández, ni Pablo Fernánedz ni Andrei Lupu han sido capaces de marcar en las últimas semanas. Su sequía en el campeonato liguero está alcanzando cotas insospechadas. Nadie lo esperaba, pero la realidad es que están inmersos en una mala racha que no les permite sentirse ese momento de liberación que tanto andan buscando.
Para explicar el hecho de que el Nàstic lleve tanta semanas sin disfrutar de un gol de uno de sus delanteros centros hay que hacerlo analizando la situación de cada uno de manera individual y por separado. Hay connotaciones diferentes para explicar cada caso.
Guillermo Fernández es el caso más sorprendente, puesto que comenzó la temporada marcando cuatro goles en las primeras nueve jornadas. Su incidencia en el equipo era total y su temporada estaba haciendo honor a la etiqueta de crack que se le había colocado tras su llegada desde Segunda División en la que había logrado hacer nada más y nada menos que ocho goles con el Burgos.
Su último gol vestido de grana data en el 27 de noviembre de 2022 frente al Real Unión. Son ya 10 partidos los que suma el ariete vasco sin ver puertas. Es una estadística negativa demodelora y que tiene al futbolista en una situación nada cómoda. A él es al primero que le duele y le sorprende verse inmerso en un espiral tan malo en su relación con el gol porque ha sido de esos delanteros que año tras año se ha relacionado con la portería de manera natural y sencilla.
Su falta de acierto unido a unas molestias ha provocado que fuera dos partidos suplentes de manera consecutiva. Ante el Numancia regresó a la titularidad y asistió en el gol de Quintanilla, pero no pudo marcar. Alargó su mala racha una jornada más.
Pablo Fernández es un caso diferente porque en su hoja de ruta nunca se contaba con una aportación goleadora tan firme como con Guillermo. Pese a ello, se esperaba una mayor relación del asturiano con el gol que no ha llegado. Son solo dos goles en Primera RFEF este curso que llegaron de manera consecutiva en la sexta y séptima jornada. Desde entonces logró marcar dos dianas más, pero fueron en Copa del Rey ante Málaga y Osasuna, en liga, ni rastro.
Tampoco ayudó el hecho de tener que cumplir cuatro partidos de sanción tras su roja copera ante Osasuna que le impidió estar ante Baleares, Cornellà, SD Logroñés e Intercity. Ha vuelto siendo titular en los tres partidos siguientes ante Bilbao Athletic, Murcia y Numancia, pero su casillero de goles no se ha movido. Sigue clavado en las dos dianas ligueras, logrando su último gol el 9 de octubre de 2022.
Andrei Lupu es el último ariet que ha cantado un gol y fue ante el Alcoyano en el Collao el 18 de diciembre. Una diana que sirvió para arañar un empate y celebrar su único tanto hasta el momento en liga. Desde entonces ha tenido que lidiar con una serie de molestias que le han dejado tres partidos fuera de combate. En el resto de partidos solo ha sido titular frente al Cornellà y en el resto de encuentros no ha logrado marcar gol desde el banquillo. Hoy su presencia en la convocatoria es duda porque arrastra molestias de aquella lesión en Cornellà.