Se titula esta previa ‘Drama o salvación’, pero también se podría haber titulado como ‘Una final por la permanencia’, cuestión de gustos para el que la escribe. Lo que está claro es que este domingo el Nàstic tiene más que tres puntos en juego. El Nou Estadi Costa Daurada va a ser juez del final de temporada que espera. Cuando el árbitro pite este domingo el final del partido ante el Cornellà dictará sentencia.
Si el conjunto grana vence estará salvado de manera total o prácticamente matemática en función de los otros resultados, si pierde se habrá condenado a dos últimas jornadas de infarto. Si le da por empatar, Dios no quiera, seguirá metido en un buen lío. Así pues, este domingo el feudo tarraconense se prepara para una batalla sin piedad en la que solo vale ganar. Lo demás está de más. Tres puntos separan a los dos equipos. En la recámara está el golaveraje que el Nàstic quiere remontarlo y para ello necesita ganar por más de dos goles tras el 1-0 encajado en la primera vuelta que terminó costándole el puesto a Raül Agné.
El Nàstic acude con la confianza alta tras conseguir la victoria en Las Gaunas. Ese estadio debería ser considerado como local cuando el conjunto grana juega allí porque lo ha hecho en tres ocasiones esta temporada y se ha llevado tres triunfos al zurrón. Ojalá tuviera la misma eficacia en el Nou Estadi, pero esta temporada no ha sido así. Por eso están dónde están, entre otras cosas.
El conjunto grana no está ofreciendo ese nivel superlativo que durante la temporada pasada ofreció como local. Ahora se le hinca más fácil el diente porque su dominio en las áreas deja mucho que desear. No marca con facilidad y si le pueden marcar sin demasiados apuros. El ejemplo claro es el último duelo en Tarragona en el que se perdió por 0-1 en un encuentro en el que el Irún marcó y se limitó a defenderse. Hubo llegadas de todos los colores, pero faltó puntería. No es novedad, lleva faltando toda la temporada.
Los tres partidos seguidos en casa sin sumar de tres, dos empates y una derrota, han limitado al Nàstic hasta el punto de que lo quitaron de la pelea por el play-off para lanzarlo a los leones. El triunfo en Las Gaunas ha aliviado la situación, pero hoy no se puede tropezar. Los granas recuperan a un futbolista trascendental para sus posibilidades como es Manu García. El guardameta sevillano regresa tras cumplir la sanción de dos partidos. Se le ha echado en falta porque aporta paradas claves y poso y madurez al equipo desde la portería.
La hora de Pol Domingo
El resto de jugadores podrían repetir, con la excepción de que Tirlea dejará su sitio a Pol Domingo por sanción. Quintanilla jugará seguro, pero a su lado hay un duelo que durante la semana se habrá decidido. Marc Trilles o Eric Montes se juegan el segundo lugar de la zaga. Dos futbolistas de diferente perfil, pero de corazón caliente. Dos piezas a las que siempre hay que tener en cuenta para los partidos en los que con el talento y el plan de partido no vale.
Por eso no sería de extrañar que Montes regresara a la medular y abandonase la zaga. Ahí se siente más cómodo porque es su posición natural, pero su rendimiento siempre ofrece certezas independientemente de dónde juegue. Si no es el elegido, Gorostidi jugará con Montalvo en la sala de máquinas, aunque el vasco fue sustituido en el descanso en Las Gaunas por unas molestias físicas que no le han permitido entrenar durante la semana al 100%. El Nàstic quiere conseguir hoy la permanencia. Debe ganar y el Nou Estadi Costa Daurada se prepara para llevarlo en volandas a por ello. Quién le iba a decir a un equipo destinado a pelear por el ascenso que se iba a ver en una situación así. El fútbol manda y pone a todo el mundo en su sitio a través del verde. Con la permanencia el mal será menor.