La mitad del camino a Segunda División ya está hecho. El Nàstic superó al Ceuta en las semifinales del play-off con mucho esfuerzo. Más del que se presumía tras el primer tiempo con el 2-0 que alumbraba el electrónico de Gol Sud.
Pero subir no es cosa fácil. Quien se crea que se logra sin sufrir, no entiende de fútbol. Tras el 2-1 de Rodri Ríos, tercero en esta eliminatoria, hubo momentos de nervios. De tensión disparada. No se disiparon hasta el pitido final. Cuando el navegador fijó como nuevo destino: Málaga.
Fue un inicio intenso. Los jugadores salieron conectadísimos al césped. Tanto como la afición. Entregada totalmente a su equipo. A esos futbolistas que les han devuelto la ilusión como hace años que no tenían. Las ganas de llevar a los suyos en volandas a la final del play-off se respiraba desde dos horas antes de comenzar el choque.
Pablo y Godoy encarnaron esa pasión con la que el Nàstic entró al partido. Celebraban cada presión que provocaba una pérdida del Ceuta como un gol.
El peso del Nou Estadi (y de Tarragona) caía como una losa sobre el cuadro ceutí. Sobrepasados, los futbolistas de José Juan Romero hacían todo lo posible por frenar el ritmo del partido. Como si sus opciones pasaran por sobrevivir al arrebato inicial local. El empate no le valía, pero no les importaba desperdiciar el tiempo. Confiados en llegar con la igualdad a los últimos minutos.
Pero por mucho dique que pongas, no se puede frenar un tsunami. Y menos una Marea Grana.
Las ocasiones comenzaron a caer del lado tarraconense. Óscar Sanz punteaba un saque de esquina botado por Jardí y el cuero se marchaba lamiendo la escuadra.
Si había un jugador sobre el césped que olía a gol por los cuatro costados era Alan Godoy. El canario anda crecido en este tramo de temporada. Con la confianza de los minutos y los goles, está envalentonado para probar cosas que nadie se atreve. Un control orientado de talón y un disparo desde la frontal parecía imposible que pudiera entrar. Pero las botas de Godoy escriben historias que nadie se atreve.
En esa acción no llegó el gol. Tardó unos minutos más. Hasta el 22. Pol Domingo hizo uno de esos despejes que evitan el contragolpe rival, al tiempo que generan uno propio. Asistió con la cabeza a Godoy que, tras imponerse al defensa, definió sutilmente ante la salida de Pedro.
El gol ponía al Nàstic de cara a la final y al Ceuta se le hacía de noche. Gorostidi les perdonó el 2-0 en una jugada de laboratorio que disparó contra el lateral de la red.
El 2-0 llegaría al filo del descanso. Lo firmó Borja Martínez, que acababa de entrar por el lesionado Gorostidi, pero la elaboración se gestó en las botas de Joan Oriol. El capitán hizo lo que quiso. Recortó, dribló y puso un centro dulce que Borja convirtió en gol.
Empezaron los minutos de la fiesta. Con una jugada excelsa del Nàstic. Tocando y tocando al son de los ‘olés’. Hasta que Óscar Sanz acabó recibiendo un trompazo tras hacer un ‘caño’ a un rival.
La celebración siguió en el segundo tiempo. El Ceuta necesitaba dos goles para llevar la eliminatoria a la prórroga (no a los penaltis) y tres para pasar a la final. No parecía que fuera capaz de hacerlo.
Estaba más cerca el tercero del Nàstic que el primero del conjunto norteafricano. Pero el fútbol es caprichoso. Una mala salida de Varo permitió el gol del Ceuta. Rodri, cómo no.
La calma desapareció y aparecieron los nervios. Los decibelios y la agresividad creció en segundos. Las pulsaciones salían del medidor. Las trifulcas también.
En medio, un colegiado que tenía presente el comunicado del Ceuta contra el arbitraje en el partido de ida. Se comió una falta terrorífica sobre Godoy en el borde del área. Era el último defensor ceutí y se hubiera llevado la roja.
Expulsión que cobró a Dani Vidal por un encontronazo con Rodri Ríos. El delantero se llevó solo la amonestación.
El Ceuta ganó en fe. Se volcó con todo a por el empate. Varo se resarció de su error en el gol con una parada antológica. Digna de un Zamora. El palo también contribuyó a mantener el 2-1 en una fase en la que sufría el Nàstic.
El Nou Estadi entendió que era su turno. El tercer gol, subiera o no al marcador, era cosa suya. Se puso en pie. Alzó la voz para defender a los suyos. Para decir que sí, que juntos son invencibles.
El capítulo final arrancará en Málaga en una semana. En el estadio La Rosaleda se jugarán los primeros 90 minutos de la eliminatoria final. Quedarán 90 más, mínimo, que albergarán el Nou Estadi. Un Templo que sueña con el regreso al fútbol profesional por la puerta grande. Quedan dos partidos. 180 minutos para escribir una nueva historia grana.
FICHA TÉCNICA
Nàstic Varo, Pol Domingo, Trigueros, Nacho, Joan Oriol, Óscar Sanz, Gorostidi (Borja, 39’), Jaume Jardí (Marc F., 60’), David Concha (Gorostidi, 84’), Godoy y Pablo F. (Andy, 60’).
AD Ceuta. Pedro, Fran (Dani Romera, 46’), Lolo, Aisar (Jota, 68’), Meléndez, Rodrigo, Julio Iglesias (Alain, 46’), Uche, Redru, Danese y Cedric Teguia.
Goles. 1-0, Godoy (22’); 2-0, Borja (45’).2-1; Rodri Ríos (65’).
Árbitro. Conejero Sánchez. TA: Nacho, Concha/Fran, Rodri, Danese.