«Es un deber de todos. Las vacunas salvan vidas». En la Semana Mundial de la Inmunización, que se celebra desde hoy y hasta el día 30 de abril, sobran las palabras cuando se trata de promover la vacunación como la mejor manera de protegerse de las enfermedades y evitar transmitirlas a otras personas. «Por un lado, los profesionales sanitarios debemos informar y aconsejar a la población sobre los beneficios de la inmunización, y, por otro lado, la ciudadanía debe ser responsable de su salud, así como de la prevención de dichas enfermedades; y para ello es un derecho estar informado», según palabras de la coordinadora de Enfermería de Primaria ABS Llevant de la Xarxa Santa Tecla, Eva Pagès.
De esta manera, no será en vano la inversión en salud pública para erradicar y/o disminuir drásticamente enfermedades altamente contagiosas. «Por ejemplo, la primera enfermedad contra la cual se dispuso de una vacuna eficaz fue la viruela, llegando a erradicarse; la poliomielitis, la segunda, que ya ha sido eliminada en continentes enteros; y, a pesar de las dificultades políticas y sociales en sus áreas endémicas, se continúa avanzando hacia la erradicación también de la rubéola, paperas, tosferina, tétanos, sarampión, Covid, gripe, etc.», rememora la enfermera.
Innata y adquirida
De manera esquemática, Eva Pagès explica que «el sistema inmune se caracteriza por tener la capacidad de diferenciar lo que le es propio al organismo, y que tolera, de lo que le es ajeno y, en consecuencia, rechazar activamente dichas sustancias. Ambas capacidades son fundamentales en la protección contra las enfermedades infecciosas».
Así, el sistema inmune actúa de forma secuencial para identificar los patógenos, eliminarlos y mantener la protección a largo plazo a través de la inmunidad innata (natural) y la adquirida. «La inmunidad innata está formada por barreras mecánicas y químicas, como la piel, las mucosas y las secreciones que dificultan la penetración de los microorganismos; en cambio, la adquirida es la respuesta a una sustancia extraña o microorganismos generando anticuerpos frente a esta sustancia; aquí actúa la vacunación, puesto que ayuda a generar estos anticuerpos contra las enfermedades».
Calendario
En Catalunya el primer calendario sistemático de vacunación se remonta a 1980 y, a día de hoy, se ha actualizado hasta en trece ocasiones, siendo la última versión de finales de 2023. «Por otro lado, en 2022 se editó un calendario de vacunación sistemático para todas las etapas de la vida, ya que hasta la fecha existía una planificación específica para pediatría, tercera edad, mujeres embarazadas», detalla Eva Pagès, quien recuerda que «la inmunidad varía según etapas de la vida, nacemos con un sistema inmunitario inmaduro, a medida que entramos en contacto con diferentes patógenos vamos creando nuestro sistema inmunitario. En la edad adulta alcanzamos la inmunidad máxima y a medida que envejecemos la inmunidad baja. Por otro lado, determinadas enfermedades o tratamientos hacen que tengamos una inmunidad reducida. Por todo ello, estas etapas son las más importantes para protegernos con las vacunas».
De esta manera, los calendarios sistemáticos de vacunación se actualizan y adaptan basándose en «la realidad, las enfermedades emergentes y el coste-efectividad. Concretamente, en los últimos años se ha incorporado la inmunización para la enfermedad meningocócica (meningitis), tanto en edad pediátrica como adulta; la vacunación contra la gripe en niños de 6 a 59 meses; la vacuna del papiloma humano en niños; y la del herpes zóster a los mayores de 65 y 80 años», detalla la coordinadora de Enfermería a de Primaria ABS Llevant de la Xarxa Santa Tecla.
Dudas sobre la seguridad
A pesar de todos los avances, todavía hay una parte de la población que duda sobre la seguridad de las vacunas. «Las publicaciones y la publicidad en contra de las vacunas siguen poniendo en duda su seguridad, cuando está más que demostrado que son seguras y efectivas, ya que erradican enfermedades», afirma Eva Pagès. No obstante, indica que «no todas las vacunas tienen la misma efectividad, como por ejemplo la de la gripe, que al tratarse de un microorganismo que muta constantemente a veces la vacuna no previene al 100% el contagio de la enfermedad, pero sí que evita que las complicaciones sean más graves».
Por todo ello, Eva Pagès recuerda que «las vacunas salvan vidas, tal y como evidencia la Organización Mundial de la Salud que estima que, a día de hoy, las vacunaciones contribuyen a prevenir 2,5 millones de muertes al año en el mundo».