Póstumo e inédito: ‘Toy’, el nuevo discode David Bowie

Seis años después de su muerte aparece ‘Toy’, un disco inédito de 2001 con canciones descartadas y grabaciones nuevas

29 enero 2022 14:29 | Actualizado a 29 enero 2022 15:23
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El tiempo pasa mucho más rápido de lo que parece y el pasado diez de enero se cumplieron ya seis años de la muerte de David Bowie. Y como el cantante murió dos días después de su 69 cumpleaños, hechas las cuentas, este enero habría cumplido 75 años de seguir vivo. En este caso, hay una manida conceptualización de la inmortalidad según la cual nadie muere del todo mientras alguien se acuerde de él. Si aplicamos el caso a Bowie es evidente que pasarán décadas, con fortuna siglos, y aún habrá alguien allí recordando su música y sus canciones. Pero por si acaso y volviendo al presente, contamos con el apoyo de la industria musical, que como no se resigna al olvido de Bowie ni, por supuesto, al final del negocio, nos brinda ahora ‘Toy’, el disco póstumo.

Suponemos que cuando un artistazo como Bowie pasa a mejor vida, de forma casi inmediata aparece una legión de arqueólotrear todo el legado del finado con el objetivo evidente de encontrar obra inédita que ofrecer, a la vez, como homenaje póstumo y como manera de mantener vivo, si no al artista, si los beneficios que de él emanan. Total, que en esta situación aparece ‘Toy’, un disco inédito del año 2001 que incluye canciones nunca escuchadas por el gran público más regrabaciones de temas del periodo 1964 a 1971, que no consiguieron tener una vida comercial por aparentes problemas con su sello discográfico.

En todo caso, ‘Toy’ es un trabajo grabado a finales del año 2000 a la vieja usanza, en directo en el estudio, y que debería haber salido al año siguiente un poco también por sorpresa, pero por razones que aún no conocemos, a EMI / Virgin no le acabó de convencer y quedó en un cajón, aunque en 2011 se filtraron algunos cortes en una de esas raras operaciones discográficas que cuestan entender para los legos en la materia. Quizás eso explica que Bowie se fuera al poco tiempo a Columbia. Fuera por una razón o por otra, lo único tangible es que coincidiendo con el sexto aniversario de su muerte y el septuagésimo quinto de su natalicio, hay disco nuevo de Bowie, y con eso ya podemos darnos por contentos.

Y, ¿cómo es este trabajo? Para empezar y para disfrute de sus fans, extenso: 38 canciones -eso sí, a base de versiones alternativas y ‘unpluggeds’- y más de dos horas y media de música repartidos en tres partes -tres CD si eso tiene algún sentido hoy en día-. Para continuar, es panorámico, en el sentido que al combinar temas viejos con nuevos permite un recorrido por su trayectoria a través de canciones que tan pronto suenan al Bowie de finales de los sesenta como al de finales del siglo XX. Y como tercera característica de un breve resumen, es bueno, porque está muy bien grabado por Bowie junto a Mark Plati (coproductor) y Sterling Campbell, Gail Ann Dorsey, Earl Slick, Mike Garson, Holly Palmer, Emm Gryner, Lisa Germano, Gerry Leonard y Cuong Vu. Eso sí, la portada es fea, muy fea.

En el fondo, en ‘Toy’ nos reencontramos con un Bowie que decide mirar hacia atrás, revisando multitud de temas bajo el prisma de la experiencia acumulada. Sin ir más lejos hay que tener en cuenta que el disco incluye temas grabados originalmente en la misma época que sus primeros discos ‘David Bowie’ y ‘The man who sold the world’ pero revisados por un Bowie que ya había pasado por sus grandes discos de los años setenta y ochenta -y también por los ‘menos buenos’ de los noventa-. Y todo ello, además, llega al público con veinte años de retraso sin que lo parezca.

Bowie contaría ahora con 75 años si continuase con vida. No podemos más que especular hacia donde habría ido su obra o como le habría afectado la pandemia en caso de encontrarle vivo, pero sí podemos, por lo menos, refugiarnos en este nuevo disco que funciona, sin serlo, como un recopilatorio de sus canciones menos conocidas. Eso sí, quizás sería mejor dejarlo aquí y, por respeto hacia el mismo músico, cesar en la búsqueda de cintas perdidas para seguir explotando la gallina de los huevos de oro. Bowie ya es lo suficientemente inmortal, no hace falta más.

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