Adaptar una novela tan exitosa como Reina roja del escritor español Juan Gómez-Jurado es un caramelo apetecible para muchos.
Los afortunados en llevar a cabo dicha adaptación han sido Prime Video, que en su día se hizo con los derechos de la trilogía literaria más superventas de los últimos años, formada por Reina roja, Loba negra y Rey blanco.
Acaban de estrenar la primera parte, Reina roja, con una temporada de siete capítulos protagonizada por Vicky Luengo y Hovik Keuchkerian.
¿De qué trata?
Antonia Scott (Vicky Luengo) es una mujer muy especial. Tiene un don que es al mismo tiempo una maldición: una extraordinaria inteligencia. Gracias a ella ha salvado decenas de vidas, pero también lo ha perdido todo. Hoy se parapeta contra el mundo en su piso casi vacío de Lavapiés, del que no piensa volver a salir. Ya no queda nada ahí fuera que le interese lo más mínimo.
El inspector Jon Gutiérrez (Hovik Keuchkerian) está acusado de corrupción, suspendido de empleo y sueldo. Es un buen policía metido en un asunto muy feo, y ya no tiene mucho que perder. Por eso acepta la propuesta de un misterioso desconocido: ir a buscar a Antonia y sacarla de su encierro, conseguir que vuelva a hacer lo que fuera que hiciera antes, y el desconocido le ayudará a limpiar su nombre. Un encargo extraño aunque aparentemente fácil. Pero Jon se dará cuenta en seguida de que con Antonia nada es fácil.
Thriller con toques de comedia
Juan Gómez-Jurado ha trabajado como asesor en la escritura del guion, lo que ha permitido que la esencia principal de la novela se mantenga en el proyecto televisivo.
Así, la entrañable relación entre los protagonistas, el misterio policiaco por resolver y el particular sentido del humor que rezuma a lo largo de todo el libro están presentes en la serie. Nadie como Keuchkerian para hacerse cargo del tono cómico y sus diálogos están llenos de toques ingeniosos, irónicos y de mucha retranca. Nada como el humor para afrontar los peligros y los temas más escabrosos.
Buena puesta en escena
El mundo, o más bien, la mente de Antonia Scott, no es algo que a priori se viera de fácil adaptación al entorno visual, pero creo que se ha conseguido sobradamente. El trabajo de producción, con el director Koldo Serra a la cabeza, es magnífico. Nos hacemos a la idea rápido de cómo funciona esa mente privilegiada con un coeficiente intelectual de 242
Durante todo el desarrollo de la ficción nos lo enseñan en diferentes formatos, haciendo un alarde de efectos especiales dignos de una superproducción. No han escatimado en gastos y se nota en la factura técnica que es sobresaliente.
De más a menos y de nuevo a más
Si algo se le puede reprochar a la serie, aunque sea mínimamente, es que el ritmo a lo largo de los siete capítulos es algo irregular. Tenemos un primer capítulo muy potente, con una escena del crimen visualmente espectacular y una presentación de los personajes a la altura, sobre todo con Antonia, pero luego va decayendo poco a poco. Como si el tono sórdido del primer episodio fuera demasiado para el espectador y se bajara la intensidad para no molestar mucho. Y en los dos últimos capítulos el tono sube de nuevo con una traca final espectacular.
Lo que sí ha sido todo un acierto ha sido el casting. A Vicky Luengo y Hovik Keuchkerian sus personajes les van como anillo al dedo y la química que se desarrolla entre los dos es lo mejor de la serie.
Reina roja, en definitiva, es una serie que funciona bastante bien y que no defraudará a casi nadie.