Así como ignoramos el nombre de la mayoría de las montañas, no lo hacemos con el de la Mola de Colldejou, inconfundible por la silueta que imprime en el horizonte del Camp de Tarragona y presidida por una fortaleza vestigio de las guerras dinásticas. Su cumbre de más de un kilómetro de largo y cuatrocientos metros de ancho constituye una atalaya privilegiada del territorio desde la que observar la Costa Daurada, las Muntanyes de Prades, la Serra del Montsant y, sobre todo, la icónica Serra de Llaberia, de la que forma parte. A pesar de que la Mola es en apariencia inexpugnable, la conquista puede llevarse a cabo por numerosos canales que pondrán a prueba nuestra condición física. En esta ocasión, descubrimos la montaña por excelencia del Baix Camp y aprovechamos para conocer algunos de los secretos mejor guardados de la zona.
Dificultad de la ruta
Determinar la dificultad de una ruta ya es de por sí una dificultad. Por suerte, existen escalas de graduación que establecen la dureza a partir de factores observables. El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino. La condición meteorológica, la tercera variable de la ecuación a menudo ignorada, cobra especial relevancia en este itinerario porque la tierra es castigada con fuerza por el viento en invierno y otoño. En resumen, desde el punto de vista de la dificultad física, el recorrido es de exigencia moderada. La parte más demandante es la ascensión, sobre todo el tramo correspondiente a la Canal del Batllet por su pendiente pronunciada. En lo que respecta a la dificultad técnica, debemos tener en cuenta que el último tramo de la subida es resbaladizo, luego es una ruta en la que se recomienda usar los bastones por lo físico y por lo técnico.
Cómo seguir el camino
La ruta empieza en el aparcamiento que hay en la localidad. Nos guiaremos por las marcas blancas y rojas del Gran Recorrido (GR) 7, cuyo sendero nos descubre la Font Freda y la Font Seca. Escasos metros después de la última surge un cruce en el que seguiremos el GR 7.3 de camino a la cumbre. Ahora sí, empiezan las pendientes pronunciadas de la Canal del Batllet. Si bien no es estrictamente necesario trepar, será más fácil progresar si nos agarramos a los bloques de piedra. Ya en la cima de La Mola, pasamos junto al mal llamado castillo en dirección a la balsa. Este es el punto en el que es más fácil perder la huella del camino. El descenso se hace por el mismo GR 7.3, que se une con el 7 en el Coll del Guix, cerca de Colldejou.
El falso castillo de La Mola
Durante la tercera guerra carlista, conflicto que encuentra su origen en la carrera por suceder al difunto Fernando VII, el general liberal Salamanca mandó construir una torre de telegrafía óptica. Desde ella se observaban los movimientos de las tropas carlistas, pudiendo mandar mensajes mediante un sistema de tablones visibles en la distancia. Hoy en día, el mal llamado castillo acentúa más si cabe la silueta de la Mola en el horizonte. La composición que forma puede confundirse con la de la Miranda de Colldejou, una de las cumbres vecinas, debido a que se su forma se asemeja y la corona un radar.
Avión nazi estrellado en la sierra
El viernes 4 de agosto de 1939, a las dos y media de la tarde, un avión de transporte alemán se estrelló e incendió en las inmediaciones de La Miranda. Tal y como puede leerse en la hemeroteca de la época, el avión parecía desorientado a su paso por Mont-roig a causa de la niebla, provocándose el accidente cuando el ala derecha chocó en la Canal del Roc. En el suceso perdieron la vida sus 3 tripulantes y 4 pasajeros. Entre ellos estaba Alexander Von Scheele, un destacado piloto de la Primera Guerra Mundial que, a su vez, fue el comandante del primer grupo de aviadores que llegó a España en 1936. Figura destacada en el estamento militar alemán, transportó a las tropas de Franco de Marruecos a la península. Además, fue uno de los fundadores de la legión Condor, la fuerza aérea que el III Reich envió a los nacionales en la Guerra Civil.
La Mola, la primera de muchas
La Mola de Colldejou, así como La Miranda, Cavall Bernat o el Puig de la Cabrafiga, es una de las más de quinientas cumbres que forman parte del reto de las cien cimas de la Federació d’Entitats Excursionistes de Catalunya (FEEC), puesto en marcha en el 2006. Esta iniciativa es una magnífica forma de descubrir el patrimonio natural del territorio, así como sus poblaciones. No todas las propuestas son duras tanto en lo técnico como en lo físico, sino que se trata de un desafío en el que hay desde cimas mayúsculas, como la mismísima Pica d’Estats (3.148m), la montaña más alta de Catalunya, hasta el Puig d’en Cama (717m), una colina del Baix Camp con escasa dificultad técnica.