Era un adiós por parte del cantautor y también por parte del festival, porque ambos bajaban el telón. Uno, a la gira que da nombre a su último disco de estudio La canción de nuestra vida y el otro a un certamen de conciertos que nos ha enamorado una vez más a todos por su buena programación y su cuidado escénico.
Ismael Serrano se subía por primera vez al escenario del Teatre Fortuny y también era, por primera vez, una de las voces del Accents. Con su look casual y su eterna compañera, su guitarra, Serrano dejaba claro que se lo iba a pasar bien y quería que el público también viviera una noche bonita. Acompañado en el piano por su buen amigo, músico y productor Jacob Sureda, Serrano empezó su show con Esta no es una canción de desamor y dispuesto a tocar sus grandes temas de sus 30 años en la carretera. Aguantó incluso que una fan sentada en el patio de butacas del teatro le recriminara que los cantautores son aburridos y le proponía subir para cantar con él. La fan como tal tenía algo de trampa, ya que era la actriz mallorquina Maria Pascual quien le acompaña en esta gira teatralizada y juega con él en las casi tres horas de concierto. Pero cuál fue la sorpresa del público cuando otra voz anónima se escuchaba desde la platea y en esta ocasión, tan real como la vida misma, la chica le decía a Ismael Serrano que había viajado desde New York para verle en directo y escuchar sus canciones. Serrano tuvo el gran detalle de regalarle uno de sus temas.
Lo que está claro es que Ismael es un tipo simpático, a quien le gusta charlar, cantar y contar cosas y que después de más de media vida en esto de la música ha aprendido a divertirse, a cantar sin presión y a tocar lo qué le gusta a él y a su público, por cierto llegado de todos los puntos de la provincia.
No faltaron sus grandes temas y tampoco algunas versiones de clásicos como Un vestido y un amor del gran Fito Páez y Burbujas de amor del eterno Juan Luis Guerra. Uno de los momentos emotivos ya hacia el final del show fue cuando Serrano cantó Papá cuéntame otra vez, asegurando que es una canción que se ha convertido en un imprescindible en cada concierto de sus giras. Después de tocar en Reus, Ismael Serrano se tomará un descanso para estar con su familia y preparar su nueva locura musical, basada en su disco Sinfónico, grabado en Buenos Aires con 40 músicos y que el año que viene pretende llevar por unas cuantas ciudades de nuestro país con las orquestas locales de cada lugar.
Por lo que se refiere al Festival Accents hay que apuntar que a partir de febrero ha programado 5 conciertos más: doblete con Els Pets de Constantí, Carles Belda i Anna Roig, Bewis de la Rosa, Sopa de Cabra, Anna Andreu y El Niño de Elche, quien pondrá punto y final el día 5 de abril. El 2025 viene cargado de buenas propuestas musicales de un festival que cada vez es más bonito.
Ismael Serrano tocó en el Teatre Fortuny sus grandes temas de sus 30 años en la carretera. foto: Cedida