Convertirse en un centro de estudio, de investigación y de difusión. Esto son los pilares de la Cátedra Jujol dedicada al arquitecto Josep Maria Jujol (Tarragona, 1879-Barcelona, 1949), que se constituyó a principios del año pasado, con sede en la Escola Politècnica Superior d’Arquitectura i d’Edificació de Barcelona/UPC, bajo la dirección del profesor Joan Mercadé Brulles, del Departamento de Representación Arquitectónica.
Él mismo –natural de Torredembarra–, junto a los historiadores Josep Maria Jujol hijo y Jordi Amenós –director y director adjunto, respectivamente, del Arxiu Jujol con sede en Els Pallaresos– Josep M. Buqueras –arquitecto técnico y presidente de la Fundació Trencadís– y Josep Llinás –arquitecto del proyecto de rehabilitación del Teatre Metropol– son cinco de los nueve miembros del Comité Científico, que completan el arquitecto catalán Lluís Bravo, los mexicanos Marcos Mejía y Diego Rodríguez, y el japonés Yasuo Kinoshita. De hecho, el origen de la Cátedra Jujol se gestó a miles de kilómetros de distancia de Tarragona. «En 2020 en la ciudad china de Shenzhen, coincidiendo con la exposición de Arte y Diseño anual más importante de Asia, la obra del arquitecto Josep M. Jujol estuvo presente con 33 paneles explicativos», recuerda Juan Mercadé Brulles, quien ejerció de comisario de la muestra.
Al éxito de la exposición le prosiguió la oportunidad de impulsar la Cátedra Jujol –de naturaleza universidad/empresa– de la mano del Ziyou Shanghai Art and Culture Studio, con la mirada puesta en la divulgación local, nacional e internacional del legado del arquitecto tarraconense.
En esta misma línea, el hijo del arquitecto, Josep Maria Jujol, hace hincapié en que «conocedores de la categoría como artista y como arquitecto de mi padre, surge la necesidad de dar a conocer su obra y técnica a las futuras generaciones de arquitectos» y añade que «los arquitectos relevantes deben darse a conocer, y más si tienen obras extraordinarias». Él mismo ejemplifica esta magnificencia «en la joya religiosa de la iglesia de Vistabella, la joya civil de la Casa Bofarull en Els Pallaresos y el Teatre Metropol como la primera obra que diseñó en la provincia de Tarragona». Y volviendo la vista atrás, el hijo del arquitecto asegura que «Jujol siempre fue fiel al Camp de Tarragona y nunca se desvinculó de sus orígenes».
Un arquitecto vigente
De los primeros pasos de la Cátedra Jujol, Joan Mercadé Brulles destaca que «ha permitido a la comunidad cultural china descubrir un arquitecto que tiene plena vigencia».
Así, aunque las comparaciones son odiosas, resulta inevitable contraponer el legado del también arquitecto catalán Antoni Gaudí con el del tarraconense Jujol. «El colorido y la faceta artística de Jujol, no la tenía Gaudí», afirma el director de la Cátedra, cuyo argumento también se sustenta en las palabras que pronunció en su día el profesor Irie Masayuki, arquitecto japonés: «Jujol da vida y color a la obra de Gaudí».
Un arquitecto completo
Por su parte, el también miembro del Comité Científico de la Cátedra, el arquitecto técnico Josep M. Buqueras destaca que «Jujol fue un artista en tanto que era dibujante, pintor, escultor y diseñador». «Solo hay que fijarse en la barandilla del Teatre Metropol, un ejemplo de su creatividad como arquitecto», añade.
¿Jujol tuvo más los pies en la tierra que Gaudí? «Sí. Aunque, él y Gaudí tuvieron los mismos clientes, estos vivían en pisos diferentes de un mismo edificio». De esta manera, recuerda el director de la Cátedra Jujol que «entre los principales clientes de Gaudí se encontraba la fortuna familiar de los Güell y la Iglesia, mientras que Jujol recibía las obras, por ejemplo, del estamento eclesiástico de los pueblos, por lo que la diferencia era significativa en términos económicos». Como ejemplo, Joan Mercadé Brulles cita la construcción del Teatre Metropol en Tarragona: «Es una de las obras más importantes de Jujol y cuyo encargo recibió del Patronat Obrer».
Una construcción que le da pie al director de la Cátedra a destacar la faceta del arquitecto tarraconense en el ámbito del reciclaje de materiales. «Jujol fue pionero también en este aspecto y por ello en el marco de la Cátedra se impulsa la asignatura Josep Maria Jujol. Arquitectura Sostenible. Arte Reciclado», detalla Joan Mercadé.
En esta misma línea, Josep M. Buqueras encumbra a Jujol porque «hace cien años, en la iglesia de Vistabella aprovechó todo tipo de latas para crear lámparas, así como los palés de material de la construcción para convertirlos en la barandilla del coro de la iglesia».
Estas y otras cualidades del arquitecto tarraconense le merecieron ser la mano derecha de Gaudí. De hecho, «era el único que no trabajaba en una mesa caliente, es decir, que no compartía el espacio de trabajo, sino que tenía el suyo propio en la Sagrada Familia», menciona Joan Mercadé Brulles. Entonces, «¿por qué Jujol no continuó con las obras de la Sagrada Família?», se pregunta el director de la Cátedra. Falto de una respuesta, de lo que sí que está convencido es de que «de haber intervenido Jujol, la Sagrada Família, hoy, sería muy diferente». ¿Por qué? «Solo hay que fijarse en la Fachada del Nacimiento, cuyo único elemento a color es el ciprés que representa el Árbol de la Vida y las palomas que lo rodean, cuyo autor es Jujol», añade. En este punto, es inevitable preguntar: ¿En qué aspectos como arquitecto Jujol superó a Gaudí, o viceversa? «A Gaudí le faltaba atrevimiento para dar color a su obra, por lo que desde que conoce a mi padre en la obra del arquitecto catalán se aprecia un estallido de color y luminosidad», afirma Josep Maria Jujol hijo.
Por su parte, Joan Mercadé Brulles traslada al escenario musical la comparación entre ambos arquitectos. «A diferencia de The Beatles, que empezaron y terminaron su carrera siendo únicos, los Rolling Stones emprendieron su trayectoria del mismo modo y hoy en día siguen vigentes por todo el mundo; en este aspecto, Gaudí fue un genio de la arquitectura, un rara avis, en cambio, Jujol fue un arquitecto que era un genio en el arte y la técnica», afirma, pero puntualiza que «esto no significa que Jujol fuese mejor que Gaudí, ni viceversa. En una competición olímpica-arquitectónica, ambos serían medalla de oro ex aqueo, solo hay que ver en la actual exposición del MNAC sobre Gaudí, el elemento central de la muestra es un tapiz obra de Jujol».
