El próximo 2022 la estación de Sant Vicenç de Calders cumplirá 135 años y el primer pabellón de la colonia ferroviaria que se levantó para los trabajadores que tendían el tendido ferroviario, 115. Los vecinos llevan tiempo reivindicando ese patrimonio cultural, industrial y social para su preservación y que sea un espacio visitable como ejemplo de la vida en una colonia ferroviaria.
Poco a poco han abierto los ojos a las administraciones sobre ese valor cultural que además conserva muchos elementos de hace un siglo. El reconocimiento a ese enclave y al trabajo de la Associació per la Preservació de la Colònia Ferroviària de Sant Vicenç de Calders llega ahora en forma de documental.
El Museu de la Ciència i la Tècnica de Catalunya (MNACTEC) grabará un documental sobre la historia, características y vivencias de quienes residen y lo hicieron en los años de mayor actividad en el poblado.
Constancia
El trabajo pretende dejar para el recuerdo el papel que jugaron aquellas colonias. «Pase lo que pase con ella, quedarán testimonios y una muestra de lo que fue», explica Eduard Martínez, miembro de la Associació per la Preservació de la Colònia Ferroviària.
Los vecinos piden preservar los pabellones y otros elementos como testigos de un pasado único en Catalunya. Poco a poco han logrado reconocimientos, pero esperan la prometida catalogación del conjunto como Bien Cultural de Interés Local.
El documental «supone un reconocimiento a la colonia, a sus vecinos y al trabajo hecho para su preservación». Esperan que sea un impulso para la conservación y para las necesarias mejoras. Este jueves se grabarán los testimonios de vecinos que todavía viven en la colonia o que lo hicieron en las últimas décadas.
1905
La colonia surgió en el entorno de la estación de Sant Vicenç , que data de 1887. Ese barrio acogió a los trabajadores de la empresa MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante) que realizaban el tendido.
Hubo seis pabellones. El primero de 1905 y el último de 1920. Alejado del núcleo de El Vendrell, el barrio tuvo su capilla, escuela para niños y niñas, tienda y dos bares. En 1960 vivieron 313 personas. Los vecinos celebraban fiestas, tuvieron un grupo de teatro y sus propias monedas para el tren economato.
Objetivo durante la Guerra Civil, sufrió 121 bombardeos. La zona tenía un refugio donde se ocultaban los vecinos durante los ataques. En uno de los pabellones incluso se montó una defensa antiaérea.
La asociación que vela por dar a conocer ese patrimonio valora los logros de este año con las jornadas del patrimonio, el derribo de uno de los locales que estaba en mal estado y de los corrales y ahora un documental que además de conservar la historia debe ser otro puntal para la protección.