Rosana Morillo (Madrid, 1972) fue nombrada a finales del año pasado como nueva secretaria de Estado de Turismo, después de tres años como directora general de Turisme de las Illes Balears. Ayer visitó por primera vez Salou, donde se reunió con el alcalde, Pere Granados, y representantes del sector privado y de la URV. En su visita hizo un alegato por la sostenibilidad social y económica del turismo, defendió el papel de los fondos del Plan de Recuperación y puso a Salou como ejemplo de «buenas prácticas turísticas».
¿Va a ser esta la temporada de la recuperación definitiva para el turismo tras la pandemia?
Todos los indicadores nos ponen en esa dirección. En los meses que llevamos de año, si bien no se ha recuperado el número de visitantes de 2019, sí es cierto que el gasto turístico está siendo mucho mayor. Eso al final es lo que revierte en riqueza para un territorio. En zonas que tienen un modelo más maduro y son destinos reconocidos, hay que dejar de contar visitantes en temporada alta y empezar a contar el gasto que dejan esos visitantes en el destino.
En la Costa Daurada está costando especialmente encontrar alternativa al vacío que ha dejado el turismo ruso y del Este.
Nosotros seguimos explorando nuevos mercados continuamente. Hace dos días estuvimos con una delegación del gobierno chino y de agentes chinos poniendo en valor la oferta de España. China es un mercado con gran potencial, que conoce y le gusta España. Este puede ser un mercado emergente para que, en destinos que dependen mucho de un mercado como puede ser el ruso, tengamos otros que aminoren el impacto.
Otro de los problemas del sector tras el Covid es la dificultad para encontrar personal.
Este es un problema complejo en el que todas las partes tenemos que involucrarnos en buscar una solución. Tenemos que trabajar para volver a prestigiar el sector y que recupere la reputación que tenía antes para los trabajadores. Para eso se pueden hacer campañas de concienciación, tanto por parte del Estado como de las comunidades, y también hacer una revisión de las prácticas y las ofertas laborales por parte del sector privado.
En Balears han aplicado mejoras laborales para un sector como el de la limpieza de hoteles. ¿Se puede trasladar este tipo de medidas a otros destinos?
En Balears hemos sido pioneros con la instalación de elevadores en las camas para que las camareras de pisos no tengan que levantar de forma repetitiva los colchones. Hay empresarios que ya implantan esto en sus hoteles en otros lugares de España. El camino está marcado y me gustaría mucho ver iniciativa por la parte privada para ayudar a que se trabaje mejor y que la salud laboral sea una prioridad.
Usted ha declarado que el turismo no debe crecer más en las Illes Balears. Esa es una idea que resuena cada vez más en más sitios y también aquí, donde tenemos un macroproyecto pendiente como el de Hard Rock.
No es sostenible una actividad que te consume todos los recursos, porque llegado un momento el territorio se va a empezar a degradar y va a dejar de ser tan atractivo para tus visitantes. Lo que se debe hacer es buscar la desconcentración. Tenemos las plazas y la oferta y hay que buscar que el visitante venga en otros meses. Proyectos como Hard Rock o PortAventura te ayudan a mantener la oferta todo el año. Difícilmente hay que pensar en aumentar más la carga en los meses en los que ya tenemos mucho éxito. Abrir más meses y ofrecer contratos de más duración contribuye a la sostenibilidad social del turismo.
¿Y la sostenibilidad medioambiental?
Afortunadamente hoy en día en España tenemos otra conciencia medioambiental y tenemos todos los mecanismos necesarios para que no se apruebe ningún proyecto que pueda contribuir a la degradación del medioambiente o que tenga un impacto negativo.
Salou ha recibido hasta 11 millones de euros de fondos europeos para su transformación turística. ¿Van a llegar nuevas ayudas para financiar proyectos?
Seguimos con las convocatorias para que todos los municipios puedan acceder a las ayudas del Plan de Recuperación del Gobierno de España. La inversión en un destino aumenta la competitividad de todas las empresas radicadas en ese destino y de la calidad de vida de los residentes.
También han llevado a Europa el problema del los pisos turísticos ilegales.
El reglamento en el que estamos trabajando se puede aprobar durante la presidencia española. Hemos sido contundentes porque esta oferta ilegal es un problema social. Este reglamento es un gran paso adelante e implicará que todas las plataformas que ofrecen alquileres turísticos tengan que compartir toda la actividad que han tenido los inmuebles ofertados y su dirección exacta. Esto va a tener un efecto disuasorio importante.
Hace unos meses se reunió con Granados para seguir trabajando en la definición de municipio turístico de cara a mejorar la financiación que reciben. ¿Cómo avanza este asunto?
Yo vengo de Balears y tengo una gran sensibilidad con el tema. Un municipio turístico tiene unas características especiales y una población flotante muy grande y, por lo tanto, hay que adecuar los servicios públicos y de seguridad a estos visitantes. La convocatoria adelantada de elecciones nos ha cortado algunos proyectos que ya teníamos avanzados, pero es muy importante que los municipios sigan reclamando esta diferenciación y que el Gobierno siga estudiando cómo adecuar la financiación que reciben estos municipios.