La policía de las masías de Cambrils

La Patrulla Verda cumple 25 años. Es la unidad más antigua de España y la única que no se ha desarticulado desde su fundación

04 junio 2017 18:14 | Actualizado a 05 junio 2017 07:42
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El todoterreno de la Patrulla Verde de Cambrils tiene rasguños por todos lados. Es normal. Zarzas, piedras o caminos de difícil circulación forman parte del itinerario rutinario de los cuatro agentes, divididos en dos patrullas, que configuran la unidad policial más antigua de España y que este 2017 cumple 25 años.
Insectos indeseados, barro en las botas cuando chispea o el olor penetrante a guano todo el día forma parte de los handicaps de una policía que vela por la seguridad de las fincas, de los agricultores y del patrimonio que está documentado.

Aunque durante estos años se han detenido a maleantes, se han desmantelado plantaciones de marihuana o se han localizado cosechas robadas, el día a día es más preventivo «porque lo que agradece el payés es que tenga una policía velando por sus fincas y haya un clima de seguridad», explica la Patrulla Verde.

Hace pocos días, un agricultor paró a la patrulla. «Me han robado las almendras», les dijo fastidiado. «Se han pulido la cosecha de casi tres cuartas partes de los almendros que tengo y no sé que harán con ellas porque son demasiado pequeñas e inservibles», añadió. 

Los agentes tomaron nota del delito y se citaron en su masía para comprobar los daños. «Es importante denunciar cualquier delito. Siempre sirve tener constancia de la infracción», explican. Muchas veces, la casi imposibilidad de recuperar lo robado, hace que el payés desista de acudir a la comisaría y el delito no queda registrado. 

Por esta razón, la patrulla se adapta al horario del payés. «Es difícil muchas veces recuperar una cosecha, pero si tenemos documentados los delitos, quizá haya un patrón y se pueda identificar a los autores», argumentan los agentes.

Con las cifras de los últimos años en la mano, Cambrils puede presumir. Tiene un índice de delitos bajo en el campo y sin fluctuaciones en función de la época del año. No se puede decir lo mismo de otros municipios vecinos, donde la ausencia de vigilancia rural provoca un incremento de quejas por falta de seguridad en los campos agrícolas.

Especialización 

Motivación. Este es el requisito principal para formar parte de la única unidad policial de competencia municipal que se dedica a velar por la seguridad del ámbito rural. Luego se necesita complimentar con conocimientos de medio ambiente.  Entre los delitos más comunes en el ámbito rural de Cambrils están los robos de cosecha piezas de metal para venderlas a peso, plantaciones de marihuana camufladas, animales abandonados, recuperación de animales heridos, control de armas en época de caza, vertederos ilegales o vigilancia de los coches que transitan.

«Son unos 200 kilómetros de caminos y rieras transitadas, 100 masías habitadas y unos 300 vecinos censados», explican los agentes. Casi es una extensión de su casa y cada cosa anómala durante el patrullaje es motivo de un examen minucioso para verificar que no se cometa delito en esta parte de la ciudad.
«La mejor forma de garantizar la seguridad en la zona rural es conocer bien a los payeses y las características de sus fincas», explican los policías. Por ello, además de este padrón rural, también comprueban a personas de paso o fincas que sólo se habitan una parte del año.

La fauna
A lo largo de estos años el contacto con animales ha sido una constante. Cambrils tiene granjas de animales frecuentes: vacas, cerdos... está prohibido abrir una de animales exóticos. Más allá de un control rutinario, los agentes vigilan de que no haya maltrato animal. Algunos caballos o perros han sido ejemplos de este delito.
Y no sólo el maltrato animal, la Patrulla Verde ha neutralizado a cazadores de especies protegidas o ha rescatado otras heridas  o atrapadasy sin posibilidad de sobrevivir sin ayuda humana. Incluso si hay una serpiente en un garaje son ellos los que acuden a capturarla y a devolverla a su hábitat si es autóctona.
La rutina en el campo no existe. Hoy quizá sea un animal herido quien requiera la ayuda de los agentes o un payés con una queja. Lo importante, dicen, es estar allí cuando los necesiten.

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