Casa Corderet, fundada como tienda en 1751, se presenta como la tienda más antigua de Catalunya y una de las quince más antiguas de Europa. Pero su historia se remonta aún más atrás, con una fábrica que data de 1631. Su actual propietario, Xavier Pagès, destaca la singularidad de Casa Corderet en comparación con otros establecimientos antiguos como Santa Maria Novella en Florencia y la farmacia Esteve de Llívia. Casa Corderet se mantiene como una «tienda viva» que aún produce. Esta continuidad en la producción es, según Pagès, un factor clave para entender su supervivencia a lo largo de los siglos.
¿Cuál es el secreto para mantenerse activo durante tanto tiempo?
Según Pagès, la clave radica en «tener algo diferente y, obviamente, el patrimonio». A pesar de este rico patrimonio y su singularidad, Casa Corderet no está exenta de desafíos. Pagès lamenta la falta de apoyo al comercio y la cultura por parte de la política, «sea del color que sea».
«La clave es tener algo diferente y, obviamente, el patrimonio», Xavier Pagès, propietario de Casa Corderet
Además, la tienda ha tenido que hacer frente a las consecuencias de la pandemia de la Covid-19 y a los problemas de distribución derivados de las guerras, que afectan el suministro de materiales. La presión inmobiliaria es otro factor que amenaza la continuidad de estos comercios históricos.
Pagès resalta la importancia de proteger este tipo de tiendas, especialmente cuando los referentes históricos son escasos. Cita el ejemplo de París, donde los comercios históricos están exentos de IBI, ya que «mantener una casa de estas características no es fácil». En Casa Corderet, por ejemplo, restauración y mantenimiento implican costes elevados.
«Casa Corderet es la joya de la corona del comercio en Catalunya», Xavier Pagès, propietario de Casa Corderet
Estos espacios singulares atraen visitantes y aportan un valor añadido. La pérdida del comercio local en favor de las franquicias es una preocupación manifestada por Pagès. También la fiscalidad, ya que el comercio local tributa en el territorio mientras que «las grandes superficies y los franquiciados no».
Esta homogeneización de las ciudades hace que se pierda «aquello que las hacía únicas» y el «hecho diferencial». Para Pagès, Casa Corderet es «la joya de la corona del comercio en Catalunya». El problema, según Pagès, trasciende el ámbito local y se convierte en «un problema a nivel institucional». Critica un sistema en el que se vende «el alma al demonio» y en el que no se da la importancia debida al comercio tradicional.
«Lo primero que pregunto cuando me dicen ‘qué lástima que ha cerrado esta tienda’ es ‘¿tú ibas a comprar allí?’», Xavier Pagès, propietario de Casa Corderet
En cuanto a la continuidad del negocio, Xavier Pagès explica que, aunque las tres primeras generaciones fueron de la misma familia, a estas las mataron durante la Guerra de la Independencia. Desde entonces, la tienda ha pasado por manos de trabajadores que han tomado el relevo. Pagès, humildemente, afirma que no son ellos los inteligentes, sino que «la tienda es la inteligente», capaz de encontrar a las personas adecuadas para continuar su historia.
Pagès lanza un mensaje directo a la ciudadanía, advirtiendo que si no se compra «en casa, en las tiendas de proximidad, en nuestras fábricas, las próximas generaciones lo pasarán mal». «Lo primero que pregunto cuando me dicen ‘qué lástima que ha cerrado esta tienda’ es ‘¿tú ibas a comprar allí?’», sentencia.