No hubo sorpresas de última hora y Salou cumplió el guion que estaba previsto. Pere Granados arrancó ayer su quinto mandato como alcalde después de lograr la mayoría simple en la votación con los 8 sufragios de su formación, Sumem per Salou-PSC. Comienza con una mayoría simple pero que pretende ampliar en las próximas fechas para contar con estabilidad de gobierno a la hora de sacar adelante los proyectos de la ciudad. En su discurso final, tras recibir la vara de mando, Granados hizo hincapié en que «estamos dispuestos a pactar con partidos con quien tengamos una sintonía de principios y coincidencias programáticas». Eso sí, «siempre desde el ámbito municipal».
A día de hoy esa premisa parece lejana pero habrá que ver qué ocurre tras las elecciones del 23 de julio y muy probablemente pasado también el verano. Será ya para el inicio del calendario político de septiembre cuando se alcancen acuerdos definitivos. Y hay debate en el seno del actual equipo de gobierno sobre pactar con el PP o con ERC. Con estos últimos hubo una reunión el jueves sin lograr ninguna entente. Entre los votantes de los republicanos tampoco se entendería un pacto con Granados después de los duros choques durante la campaña municipal. Por cierto, el histórico concejal republicano Marçal Curto recibía el acta al sustituir a su compañera Sonia García, que ha decidido renunciar al cargo por incompatibilidades dado que trabaja también en el Ayuntamiento.
Vox y ERC en el mismo bando
La sala de plenos ya estaba abarrotada mucho antes de la hora prevista. Alrededor de 300 personas se congregaron para seguir en primera persona la investidura. El acto de juramento del cargo dio para un par de hechos destacables. Por un lado, Curto -al igual que hicieron sus compañeros republicanos al añadir el famoso ‘por imperativo legal’- recordó al final del mismo que «seguiremos luchando por la República Catalana», lo que provocó pitos y aplausos entre los asistentes. Por otro, sorprendió Josefa Aguirre (edil de Vox) prometiendo el cargo en catalán. De hecho, de los 21 concejales del consistorio salouense, 11 lo hicieron en catalán y 10 en castellano.
Luego llegó el momento de la votación en urna, que no deparó ninguna sorpresa y cada grupo político representado votó a su líder. Mientras, era curioso comprobar la ubicación de cada uno de los partidos en el pleno. Así, en una de las alas se sentarán desde ahora conjuntamente Vox y ERC. La formación liderada por Anabel Rodríguez lo hará en la primera línea, mientras que los republicanos de Sebastià Domínguez se hallan en la fila posterior. En el lado opuesto del pleno estarán el PP de Mario García (primera línea) y Sempre Salou ARA-PL de Marc Montagut. ¿El porqué de ello? Cuestiones de protocolo.
Café con leche y sorpresa
Con las papeletas escrutadas de los 21 ediles, Pere Granados fue proclamado alcalde, recibiendo el bastón de mando de manos del secretario municipal. El líder de Sumem per Salou-PSC recogió los aplausos de la mayoría de ciudadanos asistentes al pleno, jurando el cargo ya como alcalde electo.
La parte final del acto todavía dejó alguna clave más para lo que pueda suceder en las próximas semanas. Así, Ignacio Durán (USAP) aseguró durante su discurso que «apoyaré todas las propuestas y proyectos que sirvan para llevar iniciativas en favor de Salou». Concluyendo su ‘speech’ sobre porqué se había votado a sí mismo como candidato añadió que «por primera vez en este ayuntamiento se tomará café con leche», aludiendo a su lema de campaña y arrancando las sonrisas de varios de los presentes. En el turno de palabra, Montagut recordó la baja participación en Salou y que «a pesar de ello hemos sido capaces de conectar con el ciudadano. Hemos sido la sorpresa, aunque a algunos no les gusten las sorpresas», aludiendo al alcalde.
Tampoco Mario García (PP), que contó con el apoyo de Alejandro Fernández entre los asistentes; Anabel Rodríguez (Vox) y Sebastià Domínguez (ERC) se dejaron nada en el tintero, aunque guardaron la munición para ocasiones posteriores. El Eix Cívic, la seguridad, la limpieza, la transparencia o las políticas fiscales fueron temas recurrentes en sus palabras.
Granados cerró el acto con un aplaudido y vitoreado «Visca Salou!». El alcalde se metió a muchos asistentes en el bolsillo. Si es que no lo estaban ya. Y no descarten que de aquí a 4 años vuelva a ser candidato.