Su nombre artístico es Leim. Su nombre real, Isaac Muñoz. Este artista y graffitero nació en Barcelona el 15 de agosto de 1988, pero se trasladó a Altafulla con solo 6 años. Su obra puede verse por todo el territorio... No solo tarraconense.
¿Cuándo comenzó a pintar graffitis?
De jovencito me llamaba mucho la atención el movimiento hip hop, muy promotor de los grafittis. Cuando lo descubrí vi que se podía hacer algo más que estar en casa dibujando, y enseguida me enamoró.
¿Por qué? ¿Qué tiene el arte del grafitti que tanto le enganchó?
Con el grafitti uno puede expresarse con una libertad inexplicable. Con el grafitti uno le dice al mundo: ¡ei, estoy aquí! pero no hace falta saber quién hay detrás de esa obra. Es una mezcla de mucho ego pero a la vez es anti ego. Es algo muy romántico.
¿Y por eso se buscó un nombre artístico?
Bueno (ríe), cuando comencé a pintar las paredes de la calle no era plan de dejar allí mi nombre real y mi DNI...
¿Por qué Leim?
Simplemente busqué una combinación de letras que sonara atractiva... ¡Y con el tiempo me di cuenta que Leim es ‘miel’ al revés!
Ahora es solo Leim, pero hasta hace poco era Orion Leim... ¿Qué sucedió?
Orion me lo puse por mi obsesión por las pirámides y los ovnis. Las pirámides están perfectamente alineadas con la constelación de Orión y ha quién cree que esto no puede ser obra del hombre... Pero decidí prescindir de este nombre porque la gente lo confundía y me llamada Oriol.
Centrémonos en su obra. ¿Cuándo empezó a trabajar de su pasión?
En 2008 una comunidad de vecinos la estación de tren de Altafulla me pidió que pintara una pared que estaba muy deteriorada. En esa pared plasmé una especie de itinerario turístico de Altafulla. A partir de aquí empezaron a llegarme encargos.
Y de muchísimas partes del territorio, ¿verdad?
Tengo obras en Altafulla, Torredembarra, Tarragona, Valls... Pero allá donde voy dejo mi huella, ¡incluso en Menorca y Alemania!
¿Qué es lo que más le cuesta hacer?
De mi propia obra, nada, porque hago lo que en ese momento me inspira y siento. En cuanto al trabajo lo más difícil es el tamaño de la obra, no estoy acostumbrado a subir andamios o medianeras.
¿Siempre pinta grafittis?
No. Ahora también uso el pincel y la pintura clásica. Ahora por ejemplo estoy esculpiendo y pintando en 3D.
¿De qué está más orgulloso?
¡De todo! Cada obra que pinto me enorgullece más al día siguiente de hacerla.