La Policía Local de Calafell ha detenido a cuatro jóvenes por altercados, desórdenes y agresión a los vigilantes de la estación de Segur de Calafell. Los hechos han ocurrido cuando faltaban pocos minutos para las nueve de la noche.
Media docena de jóvenes han entrado a la estación de malas maneras y con la intención de saltar los tornos sin pagar el billete. Los vigilantes de seguridad que había en ese momento en la estación les han advertido y han intentado evitar que entrasen sin pagar.
Alarma
La situación ha alarmado a los muchos viajeros que había en ese momento en la estación. Los vigilantes de seguridad, además, han comenzado a ser agredidos con golpes y han recibido pedradas por parte del grupo de jóvenes.
Personal de Renfe y vecinos han alertado a la Policía Local y hasta la zona han llegado rápidamente dos patrullas. Los policías locales ha iniciado una persecución y han logrado detener a dos de los agresores en la misma estación y a otros dos en el entorno y que habían comenzado a huir.
Con rapidez
Los cuatro detenidos son residentes en Segur de Calafell de entre 20 y 30 años y son señalados por los vecinos por su conflictividad, incluso en el mismo entorno de la estación. En este sentido también serían conocidos por la policía. Hasta la zona también ha llegado una patrulla de Mossos d’Esquadra.
Los vigilantes de seguridad han sufrido diversas contusiones y en la estación los asaltantes han causado desperfectos ya que han roto las puertas de cristal que abren el acceso a las instalaciones ferroviarias.
Virulencia
Vecinos que había en la zona han detallado la virulencia de la situación y como la media docena de jóvenes han entrado prácticamente atacando a los vigilantes de seguridad.
No es la primera vez que en la estación de Segur de Calafell suceden actos de violencia. Los vecinos denuncian desde hace años que es un punto conflictivo tanto el recinto de la estación como los entornos.
Tampoco es la primera vez que los vigilantes de seguridad de las estaciones del Baix Penedès sufren agresiones. Una de las más graves fue en noviembre de 2016 cuando un joven agredió con un cuchillo a uno de los vigilantes en Sant Vicenç de Calders. La cartera le salvó de una puñalada en el corazón.