Muere Marta Ferrusola, esposa de Jordi Pujol

Ha fallecido a los 89 años, su estado de salud se había deteriorado últimamente

08 julio 2024 22:45 | Actualizado a 08 julio 2024 23:05
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Marta Ferrusola, esposa del expresidente de la Generalitat de Catalunya Jordi Pujol ha fallecido este lunes a los 89 años, según han confirmado fuentes cercanas a la familia.

Marta Ferrusola residía en Queralbs (Girona) y su estado de salud se había deteriorado en los últimos años.

Ferrusola nació en el seno de una familia trabajadora de Barcelona, pues su padre era dependiente de una tienda de ropa para hombres, denominada Paños Ramos, aunque con el tiempo se estableció por su cuenta.

Marta Ferrusola, que era la hija mayor de tres hermanos, estudió en un colegio de monjas, la Immaculada Concepció y acabó el bachillerato.

En 1954 conoció a Jordi Pujol a través de la hermana de este, Maria Pujol, que fue compañera suya en la Confraria Virtèlia, una agrupación religiosa que reunía a jóvenes católicos de convicciones nacionalistas y que eran aficionados al montañismo.

Dos años después, el 4 de junio de 1956, contrajo matrimonio con Jordi Pujol en el monasterio de Montserrat y de esta unión nacieron sus siete hijos: Jordi (1958), Marta (1959), Josep (1963), Pere (1965), Oriol (1966), Mireia (1969) y Oleguer (1972).

Ferrusola se implicó en las actividades políticas de su marido contra la dictadura franquista y llegó a mecanografiar octavillas contra el régimen. También participó en la fundación de CDC, partido del que fue responsable de su sección deportiva.

El 24 de abril de 1980, Marta Ferrusola se convirtió en la primera dama de Cataluña, al ser designado Jordi Pujol presidente de la Generalitat, después de ganar CDC las primeras elecciones autonómicas tras la instauración de la democracia.

Durante los 23 años de mandato de su marido, Ferrusola asumió cargos simbólicos en fundaciones y entidades de carácter benéfico.En este sentido, ejerció durante dos décadas como presidenta del comité organizador del Festival Internacional de la Infancia de Barcelona.

Además de ejercer como ama de casa, se hizo empresaria y en 1990 creó con Núria Claverol, esposa de Carles Sumarroca, amigo personal de Jordi Pujol, la empresa de jardinería Hidroplant, que acaparó contratos de organismos de la Generalitat y fue también elegida para replantar el césped del Camp Nou, unas contratas que levantaron suspicacias.

Algunas de sus opiniones públicas crearon fuertes polémicas, como cuando en 1984 declaró en TV3 que la homosexualidad le parecía «un defecto, una tara, un vicio o todo a la vez», o cuando en 2001 consideró que los inmigrantes castellanoparlantes y de origen musulmán suponían una amenaza para la sociedad catalana.

En diciembre de 2014 fue citada como imputada, junto a su marido y tres de sus hijos -actualmente todos lo están- por presunto fraude fiscal y blanqueo de capitales en el marco de la investigación abierta sobre la fortuna que la familia ocultó supuestamente, durante más de tres décadas, en el extranjero.

La Fiscalía atribuía a Ferrusola un rol importante en las operaciones bancaria de los Pujol en Andorra, hasta el punto de considerarla como la principal gestora de la fortuna familiar en el país vecino, al menos hasta que los hijos abrieron allí sus cuentas.

Entre la documentación manejada, figuraba un manuscrito, firmado por ella misma, en el que se presentaba como «la madre superiora» de una congregación y ordenaba una transferencia de «dos misales» (dos millones de las antiguas pesetas) «a nuestra biblioteca del capellán de la parroquia». La policía entendió entonces que eran expresiones en clave y que el capellán era el mayor de sus hijos, Jordi Pujol.

Pese a las evidencias, Ferrusola siempre negó responsabilidades, y en febrero de 2015, en la comisión del Parlament que investigaba las presuntas irregularidades cometidas por la familia, afirmó que sus hijos no tenían «ni un céntimo». «Van con una mano delante y otra detrás. Estoy muy orgullosa de ellos», añadió.

En julio de 2020, el juez De la Mata, instructor del caso en la Audiencia Nacional propuso sin embargo juzgarla -a ella y a toda la familia- por formar una organización criminal para enriquecerse durante décadas a través de actividades relacionados con la corrupción.

De la Mata insistía en que el liderazgo de la organización estaba encarnado en Jordi Pujol y Marta Ferrusola quien, de hecho, detallaba, se autodenominaba la «madre superiora de la congregación».

En los últimos años, Marta Ferrusola ha permanecido recluida voluntariamente en su casa, junto a su marido, y han sido pocas las ocasiones en las que se la ha visto en público, salvo para hacer la compra o para acompañar a su marido a algún entierro de amigos y dirigentes de su época de 'president'.

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