Los vecinos del pequeño núcleo de Montbrió de la Marca han estado los que más directamente han sufrido las consecuencias de la fiesta ilegal que congrega unas 700 personas en un paraje boscoso y de cultivos en Sarral.
El sonido de la música electrónica y las luces láser durante toda la noche de sábado han dificultado que muchos hayan podido dormir. “De madrugada, incluso los cristales temblaban”, ha relatado Mercè Borràs, una de los doce vecinos de la población.
En cambio, algunos jóvenes se acercaron para disfrutar de un acontecimiento del todo insólito en este pequeño y tranquilo núcleo de la Conca de Barberà.
La alcaldesa de Sarral, Maria Victòria Canyís, espera que la fiesta cerca del bosque del Canyís no deje daños al entorno natural, cultivos y caminos.