Javier Almándoz (Zaragoza, 51 años) es presidente de la AEST (Associació d’Empreses de Serveis de Tarragona) desde el pasado 19 de diciembre, cuando relevó en el cargo a Miguel Ángel Rodríguez. Con Javier Almándoz toma el relevo una junta directiva renovada, que afronta ahora un nuevo mandato con cerca de un centenar de empresas asociadas, de las cuales un 50% tienen su sede en la demarcación de Tarragona.
Arranca mandato al frente de la AEST. ¿Cuáles son sus objetivos?
En primer lugar, no bajar el listón de como lo ha dejado Miguel Ángel Rodríguez, el anterior presidente, con el que llegamos a cerca de un centenar de asociados; trabajando mucho en tener visibilidad como asociación y lograr una entidad propia.
¿Cuál es su relación con la industria química?
La AEST nació en el año 2006 como una propuesta de acercamiento de las empresas de servicios hacia la AEQT (Associació Empresarial Química de Tarragona). La Química supone hoy el 80% de los clientes de nuestros asociados, de los que un 50% tienen sede en Tarragona, pero la nuestra es una asociación muy heterogénea tanto en tamaño de empresas -con multinacionales que igual tienen miles de trabajadores como con autónomos con dos trabajadores- como en especialidades, con empresas que trabajan en la industria química, pero también en sectores como la jardinería.
«En seguridad, el objetivo es siempre cero accidentes e incidentes»¿Qué nuevos proyectos quieren afrontar en la AEST durante estos próximos años?
Cuando nació la AEST, el primer proyecto fue mejorar la seguridad entre los trabajadores de las empresas asociadas. Hoy podemos decir que los índices de seguridad han mejorado mucho, y están prácticamente en niveles de oficinista. Primero vino la seguridad, luego llegó la calidad y más adelante llegará la productividad.
Desde que empezaron en 2006, las demandas en materia de seguridad habrán evolucionado...
Por supuesto. Son proyectos vivos. En seguridad, el objetivo es siempre cero accidentes e incidentes, y por eso cada dos años los asociados pasan una auditoría de seguridad para certificar a las empresas que quieren trabajar con la AEQT (Associació Empresarial Química de Tarragona). La formación de los trabajadores y la calificación de las empresas siguen actualizándose año tras año, y lo que antes podían ser cinco estrellas de calificación, ahora podrían ser tres, todo evoluciona.
«Los titulados que salen de los ciclos de FP Dual salen todos con empleo: ¡Prácticamente te los quitan de las manos!»¿Ésas son sus prioridades hoy?
No sólo. Está la FP Dual.
Hace tiempo que trabajan en ello, ¿no es cierto?
Así es. En los años 2006 y 2007, cuando todavía no había entrado la crisis en las empresas del sector, hubo un gran problema que vino motivado por el sector de la construcción. Determinados perfiles profesionales especializados, como ajustadores mecánicos o instrumentistas, empezaron a desaparecer porque el entorno veía que había mejores salarios en la construcción y se iban hacia allí. Al mismo tiempo, estas especialidades no tenían continuidad, porque no había aprendices y tampoco tenían reflejo en los ciclos formativos.
Y se pusieron en marcha para cambiar esa situación.
Sí. Y surgió el convenio con el Institut Pere Martell, para fomentar la FP Dual dentro de nuestras empresas. Al principio no teníamos suficientes empresas para este proyecto, porque es una cultura nueva, y lo de pagar para tener alumnos era algo desconocido. Luego entró la crisis y pedimos apoyo a la AEQT.
Y se lo dieron, ¿no?
Lo hicieron. Con su ayuda se consiguió tirar adelante, y desde entonces el nivel ha mejorado un montón, con un premio que otorgamos al mejor perfil de estudiante, en el que damos tanto valor a las notas como a las competencias sociales.
«El nivel de las empresas de la AEST es alto: son competitivas»¿Cuántas personas se han incorporado desde entonces?
Ésa es una cifra que tendría que dar cada empresa, pero en mi caso, por ejemplo, en Navec, prácticamente estamos cogiendo cada año entre 5 ó 6 titulados de estos ciclos formativos, y al final o nos los hemos quedado o han ido a otras empresas. ¡Prácticamente te los quitan de las manos!
¿Se ajustan ya hoy los contenidos formativos a las demandas reales del sector?
Estamos trabajando para que eso sea así. Pero no sólo eso. También trabajamos con los institutos para reconocer la experiencia de los trabajadores que no han pasado por sus aulas, acreditando competencias. Tener gente con capacitación demostrable es una ventaja a futuro. Sobre los contenidos formativos, el objetivo hoy es cómo conseguir que lo que nos encontramos en la realidad laboral quede reflejado en los contenidos de los ciclos. Ajustar esos contenidos a la realidad en la que estás y a la industria local.
¿Si vas a trabajar en la industria química haz el ciclo en Tarragona, pero si quieres automoción vete a Martorell? ¿Sería eso?
Un poco, sí. Si vas a trabajar allí, enfoca ese ciclo hacia eso. Enfocarlo un poquito más localmente sería importante.
¿Y qué opinan los centros de todo esto?
Hay receptividad total. En general, hay apertura de miras. Pero necesitamos más. Nos falta gente, y los alumnos que salen de los ciclos salen todos con empleo.
¿Son competitivas internacionalmente hoy las empresas de servicios de Tarragona?
Sí. El nivel de las empresas de la AEST es alto comparado con otros sectores, y eso es algo que te hace ser competitivo en otros mercados.