Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre ponen en marcha una industria de emergencia

Reval Sport, en Alcover, empieza con la fabricación de 5.000 mascarillas diarias, mientras empresas como Liasa, en La Selva del Camp, adaptan líneas de producción para este fin

24 marzo 2020 09:00 | Actualizado a 13 abril 2020 17:25
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La industria del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre se ha puesto en marcha. El fin de semana ha sido intenso en algunas empresas de las comarcas del sur de Catalunya, que se han volcado en la fabricación y suministro de componentes y productos destinados a la lucha contra el Covid-19.

Es el caso de Reval Sport, en Alcover, que amanecía el viernes con la perspectiva de cerrar sus puertas y mandar a sus trabajadores a casa, pero que se ha pasado todo el fin de semana cortando tejido de poliéster para empezar a producir desde ayer 5.000 mascarillas diarias. «Tras la publicación del artículo en el Diari [en el que esta empresa explicaba que el miedo a las incautaciones de mascarillas por parte de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía habían provocado que un pedido de 15.000 mascarillas para una industria alimentaria quedase en suspenso], pasamos de cerrar el viernes a trabajar el sábado y el domingo», explica Pere Jansat, gerente de Reval Sport.

«Buscaría ayuda, pero podemos llegar a fabricar 15.000 mascarillas diarias» (Pere Jansat, Reval Sport)

«Empezó a llamar gente, desde empresas particulares a ayuntamientos y farmacias, como desesperados, que querían que les fabricásemos mascarillas», prosigue Jansat. «Ahora estamos haciendo 5.000 al día, pero podemos llegar a entre 7.000 y 8.000 diarias. Esta semana, como mínimo haremos 30.000 unidades», asegura.

El de Reval Sport, dedicada a la fabricación de ropa deportiva y equipamiento escolar, es uno de los casos de empresas industriales que están adaptando parte o todas sus líneas de producción a las demandas de la emergencia sanitaria. Faltan mascarillas, batas, viseras, respiradores... Pero el tejido industrial catalán, y las comarcas del sur de Catalunya no son una excepción, sigue siendo robusto. Mucha pyme y empresa familiar comprometida, con flexibilidad y capacidad de adaptarse rápidamente a situaciones excepcionales como la crisis del Covid-19.

«Pienso que, si la gente lo pidiese, podríamos llegar a las 14.000 o 15.000 mascarillas diarias», asegura Jansat. «Buscaría ayuda, seguramente en la competencia, y juntos podríamos».

A mascarilla por minuto y cuarto

El sector textil mide los costes de producción en minutos y fracciones de minuto. El tiempo de producción de una de estas mascarillas en Reval Sport es de un minuto y cuarto. Son mascarillas simples, de fácil ejecución, con gomas elásticas para su sujeción.

Ese fue el patrón que eligieron, con la idea de ser rápidos. Pero Jansat se muestra abierto a seguir las indicaciones técnicas que crean convenientes sus clientes. «Podemos copiar modelos, eso no es un problema».

Una tupida red que se va estructurando y ampliando

Canales de Telegram, cuentas en Twitter, páginas web creadas en 24 horas, campañas de crowdfunding y donaciones, entregas y recogida de material de forma altruista, a coste o con márgenes cortos. Jornadas sin mirar las horas ni el calendario de días festivos. Las redes informales de colaboración se van estructurando, creando núcleos y grupos de trabajo conectados cada vez más difíciles de seguir, con iniciativas que se suceden, se retroalimentan y coexisten sin llegar a competir entre ellas. El espíritu de colaboración domina estos días, y el boca oreja y las agendas de contactos abiertas de forma desinteresada hacen el resto.

Las mascarillas simples y sujetas con gomas elásticas son la opción que eligieron también en ADZ Nadons, una empresa de Les Borges del Camp dedicada a la fabricación de pañales tradicionales de tela, que decidió transformar parte de su stock en 6.600 mascarillas básicas «para la segunda línea de frente contra el Covid-19», explica Cristina Adzerias, propietaria de esta empresa.

«El viernes, decidí fabricar todas las mascarillas que pudiese para la gente que más las necesita» (Cristina Adzerias, ADZ Nadons)

«Todo ha sido muy rápido», relata. «El viernes recibimos la noticia de que se pedían mascarillas de algodón. Yo tenía bastantes metros de un algodón grueso laminado, absorbente, y decidí destinarlo a fabricar todas las mascarillas que pudiese para hacerlas llegar a la gente que más las necesitase. No sirven para uso hospitalario, pero sí para la segunda línea, para que las mascarillas de más protección se puedan destinar todas al personal sanitario».

Estas mascarillas se están distribuyendo en forma de donación, y para su fabricación han contado con la colaboración de otras empresas. Una lavandería industrial de Les Borges del Camp las ha lavado, secado y envasado al vacío, mientras que La Industrial Algodonera (Liasa), en La Selva del Camp, ha donado las cintas elásticas, ya cortadas a medida, para sujetar las mascarillas.

Jaime Cabré, director general y vicepresidente de La Industrial Algodonera (Liasa), empresa que emplea a 50 personas de forma directa y dedicada a la fabricación de cordones y cordones elásticos, explica que se han pasado el fin de semana adaptando parte de sus líneas de producción de gomas elásticas para destinarlas a la fabricación de gomas para mascarillas.

«Esta mañana he recibido un primer pedido de 100.000 metros de gomas, desde Madrid, con lo que se pueden fabricar unas 350.000 mascarillas», explica Cabré. «Ahora estamos adaptando más máquinas, para una producción de unos 20.000 metros de goma elástica al día, lo que supone unas 60.000 mascarillas al día».


«Con 20.000 metros de goma elástica al día se pueden fabricar sujeciones para unas 60.000 mascarillas diarias» (Jaime Cabré, Liasa)

Junto a Liasa, que factura unos 5 millones de euros al año, el grupo empresarial de Jaime Cabré cuenta con Cintes i Passamaneria, también en La Selva del Camp, donde una veintena de trabajadores fabrican cintas textiles. Cuenta Cabré que, a día de hoy, «en producción se está trabajando en cuatro turnos, siete días a la semana y las 24 horas del día, con las medidas de seguridad y sanidad que reclama la Administración, con producción al 100%, mientras que el personal de oficina, en un 90%, teletrabaja».

Disposición para adaptarse

Cuenta Jaime Cabré que, dadas las circunstancias de urgencia, en esta empresa familiar centenaria son receptivos a cualquier cambio en sus líneas de producción: «Si al final la máquina puede, ¿por qué no?». Pero, aunque ellos saben qué pueden hacer sus máquinas, desconocen qué necesitan pedirles hoy.

Aquí es donde entran en juego otras iniciativas, que se multiplican estos días, para tratar de poner en contacto demandas concretas de productos, servicios o materias primas con disponibilidad por parte de las empresas.

La demanda urgente de productos, materias primas o servicios (ingeniería, logística) está encontrando muy buena disposición por parte de empresas que adaptan sus líneas de producción o parte de su negocio a proporcionar estos bienes. Ahora, plataformas como #Coronavirus-ACCIÓ Virtual Desk o 3DCovid19.tech están tratando de estructurarlo.

Dos iniciativas se presentaron ayer en público, pero otras muchas se están poniendo en marcha de forma menos visible, robusteciendo esta red de verdadera economía colaborativa. La primera fue impulsada por ACCIÓ, organismo dependiente del Departament d’Empresa i Coneixement que ayer presentó un marketplace digital orientado a poner en contacto empresas que ofrecen tecnología, material sanitario o capacidad de producción para hacer frente al Covid-19 con otras empresas o instituciones que tengan demandas.

La segunda es 3DCovid19.tech, una plataforma impulsada por centros de investigación universitarios y empresas como HP o Intech3D en el que se ponen en contacto las necesidades de centros sanitarios con los ofrecimientos sin ánimo de lucro de empresas que quieren ayudar a combatir el Covid-19.

Pantallas desde Calafell al Ebre

Son unos amigos que pensaron que podían echar una mano para ayudar al personal sanitario y que atiende en residencias de la tercera edad. La mujer de Dani Espinosa, de Calafell, trabaja en el CAP de la localidad. «Veía que los guantes y las mascarillas son escasas y que podía mejorarse la seguridad para esas personas». Así que  pensaron en confeccionar unas pantallas protectoras. En pocos días han hecho 50 que  han repartido entre el hospital de El Vendrell y el CAP de Calafell. También a una residencia de la tercera edad de El Vendrell. Son papel de acetato muy resistente como el que se utiliza para forrar material escolar. Espinosa explica que el material se puede desinfectar limpiándolo con alcohol. La Xarxa Sanitària de Santa Tecla, tras comprobar el material lo ha validado para sus profesionales. Espinosa explica que se ha hecho entre un grupo de amigos que tenían una impresora 3D y ganas de ayudar. Así, van a seguir confeccionando esas pantallas protectoras. Por su parte fabricantes digitales de Terres de l’Ebre también han comenzado a fabricar máscaras en forma de visera de plástico. El CatSalut ha autorizado el prototipo y ya se han enviado unas 40 al Hospital Verge de la Cinta de Tortosa. El grupo prevé producir 500 en los próximos días. El Ayuntyamiento de Móra d’Ebre ha puesto a disposición de estos ‘makers’ dos impresoras 3D para hacer las  protecciones. JOSÉ M. BASELGA

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