El Consorci d’Aigües de Tarragona, que gestiona el minitrasvase de agua del Ebre, ha cerrado el 2023 con un consumo global de 77,7 hm³, repartido entre los 69 municipios y las 26 empresas consorciadas. Un 64% se ha destinado a los municipios y el 36% restante a la industria. Se trata de una cifra similar a la del consumo del 2022, que siempre tiene picos durante el verano.
Un hecho que va en aumento es el esfuerzo de la industria química en reutilizar el agua, que ya representa un 7% del volumen global del CAT y un 18% sólo en el sector de la industria.
Y es que en pocos meses, el Comité de Emergencia por Sequía del CAT ha activado en diferentes fases su plan de emergencia (actualmente, en fase de normalidad). «No desactivarlo ha sido una forma de comunicar a los consorciados la situación que hay en el país», ha expresado el presidente del CAT, Joan Alginet. El presidente ha repetido que una interconexión de redes con el área metropolitana de Barcelona no respondería a un modelo de equilibrio territorial, sino todo lo contrario. «Debemos plantearnos fórmulas de futuro como la desalinizadora del Foix o una nueva».
Cabe destacar que la eficiencia hidráulica de la red del CAT se sitúa en el 99,3%, un dato muy alto comparado con la eficiencia de las redes de algunos municipios, sólo del 50%.
El CAT ha comunicado que trabaja con la ACA y el Port de Tarragona para llevar, si es necesario, agua con barcos a Barcelona . Alginet ha incidido que haría falta una modificación normativa para ello: «no habrá ningún movimiento sin la seguridad jurídica o los cambios normativos» pertinentes para poder llevar agua del Ebre fuera del ámbito urbano e industrial de Tarragona y les Terres de l’Ebre, ha manifestado.
Este 2024 el CAT prevé poner en marcha dos parques fotovoltaicos ubicados en los dos centros de Constantí y l’Ampolla. En total, se pondrán en funcionamiento más de 8.500 placas solares que generarán un 40% de la energía necesaria en ambas instalaciones del Consorcio. En paralelo se iniciarán las obras de construcción de los dos depósitos reguladores de Vila-seca y Cunit, con una inversión de 15 millones de euros.