En las Terres de l’Ebre este lunes ha sido el primer día de curso para 26.628 alumnos, cerca de 300 menos que el año pasado. Ha vuelto a decaer el número de matriculados en P3 y, ligeramente, el segundo ciclo de enseñanza infantil respecto al curso pasado, a pesar de un pequeño incremento en primaria.
También ha sido el primer día de curso en los centros gravemente afectados por las lluvias torrenciales del pasado 1 de septiembre, en Alcanar. Toda la comunidad educativa trabajó las últimas dos semanas para limpiar y poner a punto las instalaciones, que en algunos espacios fueron muy dañadas, como explicó la directora territorial d’Educació a les Terres de l’Ebre, Montserrat Perelló.
Maribel Ramon, concejala de Educació en Alcanar, explica que este año a las tareas de mantenimiento que el Ajuntament de Alcanar realiza cada año en verano «se han tenido que sumar la reparación de desperfectos y la limpieza de los daños causados por las lluvias torrenciales del 1 de septiembre». Este trabajo se ha hecho de forma coordinada con el personal docente y personas voluntarias y, en este sentido, la concejala destaca el esfuerzo colectivo que ha permitido «poner a punto las escuelas a contrarreloj».
Por su parte, Joan Roig, alcalde de Alcanar, recalca que «desde el Ajuntament apoyamos en todo lo que haga falta a los diferentes centros educativos con el propósito de que los niños y niñas puedan asistir a las aulas y a las diferentes instalaciones con las mejores condiciones».
En Alcanar concretamente el curso ha empezado con 1.168 alumnos: 600 en la Escola Joan Baptista Serra de Alcanar, 102 en la Escola Marjal de les Cases y 466 en el Instituto Sòl de Riu de Alcanar.
En este centro de secundaria, según recordó ayer su director, Carlos Salvadó, el nivel de agua y barro llegó a un metro de altura, reventó puertas, tumbó muros y causó daños en mucho material educativo. La fuerza del agua se llevó y destrozó hasta 62 coches de los profesores del instituto y de los maestros de la escuela de Alcanar.
De momento, y según el director del instituto, queda terminar de limpiar de barro una parte del patio. También reparar el muro y la puerta que conecta con el aparcamiento. Las calderas de la calefacción están inutilizadas. «Es el daño de mayor volumen económico. El Departament está en vías de solucionarlo para, cuando venga el frío, si viene nunca, tener un mínimo de calefacción. Todo se solucionará», resumió el mismo Carlos Salvadó. Uno de los grandes quebraderos de cabeza, sin embargo, es la movilidad de los docentes que se han quedado sin vehículo y la gestión con los seguros va poco a poco.