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¿Desaparecerá el Delta de l’Ebre?

Un estudio de Greenpeace alerta de la situación crítica de la costa catalana. En los próximos 10 años habrá retrocesos importantes de arena que podrían acabar con playas enteras en varios puntos de Tarragona

23 julio 2024 13:04 | Actualizado a 23 julio 2024 13:42
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La entidad ecologista Greenpeace ha alertado de que la costa catalana está «en riesgo» y que en los próximos 10 años sufrirá «retrocesos importantes» y «se empezarán a perder playas», especialmente en el Maresme y el Delta de l’Ebre. Así consta en el informe Crisis en Toda Costa 2024. Análisis de la situación del litoral frente a los riesgos de la emergencia climática que Greenpeace ha presentado este martes. En el estudio, los ecologistas repasan los principales riesgos para los 8.000 kilómetros de litoral que tiene España.

El aumento del nivel del mar, el incremento de la temperatura marina, la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos y el turismo masivo son las principales causas de peligro para las costas, según Greenpeace. «No hay región costera -y Catalunya destaca negativamente en este sentido- que no esté expuesta a riesgos por exceso de urbanización e infraestructuras, contaminación, barreras artificiales (como diques, espigones, paseos marítimos o puertos deportivos), el derroche de recursos naturales y la canalización, soterramiento y desvío de cauces fluviales», indica el informe. Todas estas actuaciones han provocado «desequilibrios que se traducen en el retroceso y pérdida de las playas, y con ellas, su función de barrera protectora, lo que supone un riesgo para millones de personas residentes en el litoral», añade el texto.

Greenpeace alerta que «playas y paseos marítimos desaparecen en cada temporal, mostrando que las medidas aplicadas hasta ahora, como contener el mar con cemento y hormigón y reponer arena artificialmente en las playas, son inútiles». «La situación es especialmente grave en la costa del Maresme, donde el aumento de la erosión, la reducción de aportaciones naturales de sedimentos y la destrucción de los ecosistemas costeros provocan, al igual que en otros puntos del Levante, que las playas prácticamente desaparezcan en invierno». El caso más grave es el de la playa de Montgat (Maresme), donde ha desaparecido el 90 % de la arena, según los ecologistas.

Sobre los paseos marítimos, afirman que «juegan un papel muy negativo para la supervivencia de las playas, al limitarlas impidiendo que ejerzan su papel como disipadores de la energía que viene del mar».

Zonas en riesgo

El aumento del nivel del mar afectará muy significativamente a la costa catalana y a Barcelona, y para finales de siglo, la costa puede retroceder hasta 70 metros, ha afirmado Greenpeace. En seis años, la entidad ha indicado que este ascenso pondrá en riesgo varias áreas de Catalunya. En la zona de Girona, el informe cita Empuriabrava, Sant Pere Pescador, Sant Martí d’Empúries, l’Estartit, Mas Pinell, Torroella de Montgrí, Palamós, Sant Feliu de Guíxols, Lloret de Mar y Blanes. En Barcelona, están en riesgo Mataró, Premià de Mar, Alella, Sant Adrià de Besòs, Barceloneta, Delta del Llobregat, Garraf y Vilanova i la Geltrú. Las playas en riesgo de Tarragona son las de Calafell, Coma-ruga, Torredembarra, Cambrils, L’Ametlla de Mar y el Delta de l’Ebre.

$!¿Desaparecerá el Delta de l’Ebre?

«El aumento en frecuencia e intensidad de los eventos meteorológicos extremos como olas de calor, sequía, lluvias torrenciales, temporales, incendios e inundaciones está pasando una elevada factura a la costa catalana», según el informe. La entidad añade que si sumamos el incremento constante de la temperatura de mares y océanos y la pérdida de oxígeno disuelto en el agua, se disparan de forma exponencial los riesgos.

Como amenaza para las playas, Greenpeace ha añadido que un 15 % de la superficie urbanizada está situada en zona inundable, lo que «aumenta mucho el riesgo durante las lluvias torrenciales», ha indicado la entidad, que ha señalado que solo en Girona más de 15.000 viviendas están construidas en zonas inundables. El informe también señala que las zonas donde hay más riesgo de inundación son el Delta de l’Ebre, el tramo entre Malgrat de Mar y Blanes, zonas cercanas al Delta del Llobregat y Besòs (área metropolitana de Barcelona) y varios puntos del Alt Empordà.

La desaparición del Delta de l’Ebre

«En el Delta de l’Ebre, la erosión y el hundimiento del suelo ya estaban causando daños, pero el cambio climático lo está devorando literalmente», ha alertado Greenpeace. En esta zona, la entidad ha concretado que «los temporales y el aumento del nivel del mar hacen desaparecer playas kilométricas», que en los últimos 15 años ha desaparecido un kilómetro y medio de costa y que «los cultivos de mejillones se están resintiendo gravemente». «En menos de una década, la producción de mejillones ha bajado de diez a tres millones de toneladas», mientras que «los planes para su conservación son solo remiendos y el Delta no sobrevivirá si no le llegan suficientes sedimentos del río Ebre», han indicado los ecologistas.

Sobre la turistificación, el informe señala que «afecta severamente a la costa catalana, especialmente Barcelona, donde la situación es tan insostenible que el ayuntamiento ha anunciado medidas para poner límite tanto a los alquileres turísticos como a la afluencia de cruceros a la ciudad». «No obstante, el proyecto de construcción de la séptima terminal de cruceros sigue en marcha y el ayuntamiento estima que Barcelona todavía tiene potencial para 5.000 plazas hoteleras más», advierten, a la vez que subrayan que «megaproyectos como el Hard-Rock planeado entre Vila-seca y Salou (Tarragonès) necesitarían la misma cantidad de agua que 30.000 personas».

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