La nueva Champions League vive a partir de hoy un nuevo capítulo en una segunda fase de grupos en la que ya entran conjuntos de solera a competir. 16 equipos divididos en cuatro grupos buscarán los ocho billetes, los que conseguirán los dos primeros clasificados de cada grupo, que darán acceso a la fase de grupos final de la competición. Allí esperan los miuras y favoritos al título: Sporting CP, FC Porto y SL Benfica (Portugal), FC Barcelona y Deportivo Liceo (España), GSH Trissino y Gamma Innovation Sarzana (Italia)y SCRA Saint Omer (Francia).
El Reus Deportiu ha quedado encuadrado en un grupo en el que tendrá por delante tres partidos de mucho nivel. Hoy debutará ante el Valdagno, mañana se medirá al Barcelós y el domingo se enfrentará al Braga. Son tres asaltos en los que no va a haber tiempo para el titubeo. Los rojinegros van a tener que ir a por todas desde el primer instante porque delante habrá tres rivales procedentes de las principales ligas europeas. Segundas espadas con mucho que decir y más ante el claro favorito a quedar primero como es el Reus.
Jordi García, técnico rojinego, tiene clara la dificultad del reto, aunque confirma que el equipo llega a tope con la única baja de Raül Marín: «Llegamos con ganas de participar. Creemos que el momento después del parón del Mundial no es el idóneo, pero nos hemos preparado al máximo para competir contra tres rivales dificilísimos».
Preguntado sobre si es el grupo de la muerte, el entrenador del Reus no tiene dudas en afirmar que sí y da los motivos para ello que no son otros que las virtudes que presentan sus rivales: «Al final jugamos contra el Valdagno que juega en su casa. Después contra el Barcelós que es el equipo más en forma de la liga portuguesa y el Braga que es un equipo muy buen estructurado y con mucho talento».
Para intentar salir con vida de ese temido grupo, los rojinegros tienen marcada la hoja de ruta que confirma su propio entrenador: «Tenemos que ser nosotros mismos. Si somos competitivos somos difícil que nos puedan ganar. Tenemos que tener efectividad que es lo que decanta la balanza y ser solidarios en defensa».
Por otro lado, el Calafell ha quedado encuadrado en el grupo A en el que se medirá a Oliveirense, contra el que debutará hoy, Grosseto y Diessbach. Los de Ferran López parten como uno de los claros favoritos a conseguir dos de los billetes en juego que hay en su grupo.
Ferran López, técnico del Calafell, tiene claro que la ilusión a la que acuden a la cita va a dejar en un segundo plano el estado físico de una plantilla que lleva una carga de partidos superior a la del resto de sus rivales: «Somos el equipo de la OK Liga que más partidos ha jugado esta temporada y eso provoca que no deje der ser una incógnita sobre cómo llegamos físicamente, aunque trabajamos bien las cargas físicas. Curiosamente volvemos a Suiza y eso implica un gasto a todos los niveles. Llegamos con mucha ilusión porque uno de nuestros objetivos era poner el nombre de Calafell y eso lo estamos consiguiendo. Es un privilegio poder disputar otra ronda de la Champions».
Al Calafell ya todo el mundo le tiene en cuenta. Es el ganador de la Europe Cup, ha disputado la Continental Cup y superó la primera ronda de la Champions, por lo que su bagaje europeo le permite llegar a la cita con una experiencia que les puede favorecer: «A nivel de experiencia ya tenemos un cierto recorrido que es pequeño, pero suficiente. El hecho de jugar y ganar la Europe Cup y jugar la Continental Cup han sido pasos grandes para fortalecer nuestra mentalidad competitiva».
El objetivo del conjunto calafellense es conseguir uno de los dos billetes que dan acceso a la siguiente fase. Ferran López lo tiene claro y el vestuario también, no es un sueño es una realidad al alcance de la mano e incluso van más allá: « Nosotros vamos a clasificarnos y podemos concebir esta competición sin pensar que nos clasificaremos. El objetivo dentro del vestuario es quedar primeros».
Sobre los rivales, define al Oliveirense como «el favorito para ser campeón de grupo», al Grosseto como «la revelación» de la temporada en Italia y al Diessbach como «una falsa cenicienta que está muy bien armada defensivamente y hace dos o tres cosas muy bien sobre la pista».
