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La pesadilla sin fin de Robert Simón

Robert Simón, a falta de la confirmación de las pruebas médicas, dirá adiós
al curso tras sufrir una rotura del tendón de Aquiles en el duelo ante Osasuna

18 abril 2023 10:17 | Actualizado a 18 abril 2023 10:19
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«Estoy volviendo a disfrutar del fútbol en una temporada muy complicada tanto en lo futbolístico como en lo personal». 22 de marzo de 2022, son las declaraciones de Robert Simón en la entrevista concedida al Diari. El futbolista de Badalona se abría en canal para explicar un curso repleto de obstáculos y lesiones que le habían tenido durante muchas fases del curso en un segundo plano. Nunca se había sentido titular, ese rol que durante la campaña pasada había gozado de manera permanente. El fútbol había cambiado para él, le había tocado saborear la parte más amarga.

El de Badalona había comenzado el curso lesionado en pretemporada. Unas molestias le impidieron completar la preparación estival, aunque llegó al partido inaugural en el que incluso marcó. No estaba en su mejor tono físico, pero cumplió. No había tiempo para la calma porque la semana siguiente en un entrenamiento se rompe uno de los dedos de la mano. Quiso esperar hasta Navidad para operarse, pero los médicos dictaminaron que había que pasar ya por quirófano. Así fue. Paró dos partidos y volvió ante Amorebieta y Eldense, pero algo notaba que no iba del todo bien.

A Simón se le vio apagado, poco fresco y lejos de su máximo nivel. El propio futbolista lo reconocía al Diari y todo terminó derivando en un malestar físico que terminó provocándole unas molestias en el aductor. La pesadilla no terminaba ahí porque en el partido de la primera vuelta frente al Barça B, la pubalgia irrumpía con fuerza para incordiarle durante varias semanas. Aquello coincidió con Iñaki Alonso en el banquillo. No pudo ganarse una oportunidad con el de Durango porque su físico no se lo permitió.

Con la llegada de Dani Vidal, Simón recuperó plenamente su forma y el técnico tarraconense no dudó en darle confianza desde el primer momento. Era un futbolista ideal para el camino a corto plazo que quería construir porque cumplía a la perfección con las dos premisas marcadas en el vestuario desde su llegada: intensidad y simpleza.

En los dos últimos partidos, Simón había sido suplente. Ante el Sabadell tuvo minutos desde el banquillo, dejándole claro Vidal que quizás no estaba en sus planes a corto plazo de titular, pero sí era un hombre importante en la rotación. Por si quedaban dudas, en el minuto 68 entraba al verde frente a Osasuna Promesas, siendo el segundo cambio grana. Era el inicio del fin. Tan duro como real.

No había pasado ni un minuto de juego cuando Simón quiso controlar una pelota con el pecho caída del cielo. Hizo el gesto, amortiguó el impacto del cuero, pero algo en su pie izquierdo falló. Rápidamente se vio porque el de Badalona cayó al suelo y no pudo contener sus gestos de dolor. El Nou Estadi enmudeció. Algo no iba bien.

El cuerpo médico del Nàstic salió disparado para atender al futbolista. Las primeras exploraciones todavía en caliente dictaminaban que el cambio era inmediato e iban más allá porque Carlos Hernández, doctor del equipo grana, pedía la camilla. Pocos segundos después, Simón abandonaba el terreno de juego tumbado en ella con las manos tapando su rostro. No quería que nadie viera su dolor e impotencia. Así es él, prefiere siempre dibujar una sonrisa.

Ya en la sala de prensa, Dani Vidal confirmaba que se temía lo peor. Simón apunta a tener roto el tendón de Aquiles del pie izquierdo. Una lesión que provoca su adiós a la temporada porque el periodo de recuperación va de cuatro a seis meses. Todavía faltan las últimas pruebas médicas pertinentes para terminar de confirmarlo. Apenas hay esperanza.

A Simón es a una de esas personas a las que se les cala rápido en el buen sentido de la palabra. Humilde, cercano y alejado del prototipo de star-system en el que algunos futbolistas se arropan con facilidad. Por eso todos los rostros de sus compañeros a la salida del Nou Estadi iban acompañados de gestos de preocupación y tristeza. Se les ha lesionado una de esas personas que calan en los vestuarios desde el silencio y el trabajo. Hasta Eric Montes se emocionó visiblemente al hablar de la lesión de Simón en zona mixta.

Simón salió sostenido en brazos por Manolo Martínez y algunos de sus compañeros del Nou Estadi. Su clara lo reflejaba todo: preocupación absoluta.

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