Ya han pasado siete jornadas desde el arranque de la Primera Federación. Superado ya el mes de competición, es momento de realizar un análisis de las diferencias y similitudes entre el Nàstic 2023-2024 que maravilló consiguiendo victorias y liderando la tabla, y entre el Nàstic actual que ocupa la cuarta posición en puestos de promoción de ascenso.
Si nos ceñimos a la cifra de puntos y resultados, es una obviedad que el Nàstic del año pasado deja mejores sensaciones que el actual. Hace justo un año el cuadro tarraconense tenía diecisiete puntos y el de hoy suma once, pero la forma de jugar ha cambiado.
Si tiramos de memoria, Vidal el año pasado utilizaba con mucha frecuencia la salida de balón mediante Trigueros y Nacho, hecho que permitía que los laterales ocuparan posiciones más adelantadas para poder atacar con más efectivos.
Esta temporada lo que ha cambiado ha sido la presencia de Óscar Sanz en el eje de la zaga. Este hecho provoca que sea el jugador de Sant Sadurní quien lidere la salida de balón y le lleve también esta responsabilidad a unos renacidos Marc Montalvo y Ander Gorostidi.
La temporada pasada la pareja más habitual en la sala de máquinas era la formada por Borja y Gorostidi. El ex grana no tiene ese perfil de tratar con mimo y temple el esférico y el Tolosarra no estaba al nivel que tiene en la actualidad.
El trío calavera, la gran receta
En cuanto a calidad futbolística con balón, el Nàstic actual está siendo un equipo más vistoso que la pasada campaña. El hecho de haber recuperado las mejores versiones de Monti y Ander Gorostidi, y que a si ese factor se le suma la figura de Sanz de central, acaba siendo un efectivo más en el centro del campo cuando es el momento de sacar la pelota. Este hecho provoca que Sanz haga a la vez de central y pivote en el momento de sacar el esférico desde atrás.
Otra de las claves de que este Nàstic actual juega mejor al fútbol que el de la temporada pasada es el hecho de tener un 9 fijo como es Antoñín. Esto permite que Pablo Fernández ocupe más la posición de enganche y entre en asociación directa con los miembros de la sala de máquinas. A la figura del gigante de Candás hay que sumarle la del extremo diestro, Jaume Jardí, que también es uno de esos jugadores que no le importa ir a recibir en posiciones más atrasadas y ser partícipe en zonas de creación.
Defensa, punto débil
Quizás el punto débil del Nàstic sea que encaja más goles que el año pasado. Y eso que recibe menos llegadas que hace un año. Seguramente el partido frente al Barakaldo fue el duelo que más se acercó el contrario a la portería rival, pero es una realidad que el Nàstic encaja más, pero le llegan menos. Hecho que refleja que a la que se mejore en defensa, Varo podrá sumar muchas porterías a cero.
El principal motivo de que al Nàstic le lleguen menos es que tiene más tiempo la posesión del balón. Y es que muy pocos equipos de la Primera Federación pueden presumir de que se junten jugadores en tan pocos metros cuadrados de la talla de Óscar Sanz, Marc Montalvo, Ander Gorostidi, Jaume Jardí y Pablo Fernández.
Incluso, Víctor Narro también es partícipe en ocasiones de este juego asociativo que brilla.
