El Nàstic irá hasta el final en su cruzada contra el colegiado del Nàstic-Málaga, Eder Mallo. El club grana tiene claro que el árbitro perjudicó gravemente los intereses del equipo y ha anunciado que llevará al trencilla a los Tribunales. «No se trata de una pataleta», dijo Antoine Jordà, abogado y miembro del Consejo de Administración de la SAD del Nàstic.
El consejero grana ha explicado que existen indicios para «como mínimo, acusar al árbitro de negligencia». Jordà no se refirió a las posibles apreciaciones subjetivas con las que el Comité de Competición suele recurrir para descartar recursos. Sin querer «dar pistas» ha apuntado que «presentaremos una demanda con imágenes de acciones y una pericial sobre la expulsión (de Nacho González) en la que árbitros de reconocido prestigio rebatirán la decisión».
Jordà ha afirmado que «hay una cosa que se le escapa al colegiado y que es un elemento objetivo: el tiempo de juego». Según el abogado, el colegiado Eder Mallo suspendió el partido para «no expulsar a un jugador del Málaga que chutó un balón contra el público para hacer daño». En ese momento, era el minuto 113 de partido y que tras reanudar el juego se alargó hasta el 122 «sin sacar el cartón del tiempo extra, superando el tiempo reglamentario». Por eso, ha añadido «tendrá que responder por daños y perjuicios».
El consejero del Nàstic ha explicado que la decisión de acudir a los jueces ordinarios es por la falta de confianza en los órganos judiciales de la RFEF. «Queremos un juez imparcial. Un juez que coja las pruebas. No un Comité de Árbitros que, sin oirnos, ha decidido subir al árbitro a Segunda División». Si los tribunales ordinarios desestiman la demanda, ha dicho, «lo acataremos».
Sobre los insultos que el colegiado vasco puso en el acta arbitral, Jordà ha asegurado que «los insultos son lamentables, pero no se atienden a la realidad, no se le amenazó ni a él ni a su familia, es totalmente falso». Igual que niega que en ningún momento hubiera algún peligro para su integridad física. El consejero grana cree que «el árbitro se hace la víctima» y que todo «es una cortina de humo» para justificar sus decisiones arbitrales.
Además, ha informado que «estamos hilvanando otras líneas de investigación que las que pueden aparecer otras cosas y podríamos abrir también la vía penal».
Jordà sentenció que «no tenemos miedo a las represalias, no nos arrugaremos, iremos hasta el final porque este escándalo no puede quedar impune».