Antoñin Cortés está empapado porque el entrenamiento en el Nou Estadi ha estado pasado por la lluvia. El malagueño nos recibe con una sonrisa porque detrás de ese físico imponente hay una pesona pura que no coloca barreras. Tampoco lo hace con una visita escolar que cuando se encuentra con su figura deja a varios niños boquiabiertos. «Antoñín, eres el mejor» le dice uno de ellos. El delantero le da las gracias y le estrecha la mano a ese chaval que lo contempla con devoción. Con eso basta para entender que la humildad le caracteriza. Debería ser lo normal, pero un jugador que ha debutado en Primera con 18 años y ha debutado con la sub-21 podría no tenerla, pero Él no es así.
Menuda victoria ante la Ponferradina. Goleada ante el que era el segundo en un Nou Estadi de bandera. ¿Cómo lo vivió?
Sí, sí. Como bien dices fue un partidazo en todos los aspectos: por el resultado, por el nivel de juego y porque influye también la afición, ¿no? Al final, te vienen 10.000 personas alentando al equipo. La verdad que fue un día espectacular.
Es una victoria que necesitaba el equipo.
Sí, yo siempre lo he dicho que somos un equipo muy unido, una familia. Lo bueno que tenemos es que somos una piña y, durante la temporada hay rachas buenas y rachas malas, como todos los equipos pasan. Lo importante es que ahora, que es el tramo final, hemos llegado bastante bien.
Gol, asistencia... Hizo lo que quiso durante todo el partido. ¿Es el partido en el que más ha salido diciendo: «Qué partidazo he hecho» de la temporada?
A nivel general puede ser, porque aparte del nivel de juego, también haces números con gol y asistencia.Yo creo que sí, a nivel completo posiblemente pueda ser uno de los mejores.
Se sale en un partido en el que juega solo en punta sin Pablo Fernández y con Roberto Torres de enganche. ¿Es casualidad o causalidad que su mejor partido haya llegado como único delantero?
No, yo creo que es casualidad, porque al final Roberto también es un jugador. que no vamos a descubrir nada nuevo, sabemos el tipo de jugador que es. Estando arriba conmigo también me ayuda muchísimo. Al final, me hace generar espacios, los cuales, a lo mejor, con otra persona o solo no genero. Todos sabemos la talla que tiene Roberto y me ayuda a poder potenciar aún más mi talento.
Siempre le he querido preguntar esto: ¿Por qué elige al Nàstic? En verano tenía ofertas del extranjero muy superiores en lo económico.
La verdad que todos sabemos lo que es el Nàstic. Cuando a mí me sale la oportunidad de venir aquí, hablo con mi agente y hablamos que, si no había una oferta de una categoría superior en España, como Segunda, o de otro tipo, no iba a escuchar nada más. Si venía a Primera RFEF, venía al Nàstic y nada más. Como bien dices, tenía ofertas del extranjero, de Portugal y de varios equipos más, económicamente mucho mejores. Pero al final yo creo que lo económico no es lo más importante. A día de hoy, para mí la prioridad era buscar un sitio en el que estuviera cómodo, cogiera confianza e intentar volver al mundo profesional.
Dani Vidal le prometió jugar de delantero centro. ¿Eso fue clave para su llegada?
Sí, fue muy importante. Yo también puedo jugar por fuera según el tipo de partido, pero sí que es verdad que el año pasado, a nivel individual y grupal, fue un año complicado. Estuve todo el año jugando en banda y yo proponía que quería jugar de ‘nueve’, porque en el Rayo ya jugué ahí y creo que es una posición en la que puedo explotar aún más mi talento. En pretemporada, cuando tengo la oportunidad de hablar con el míster, lo primero que me dice es: «Yo te quiero de nueve». Algún partido puntual puedo jugar en banda, nunca se sabe, pero mi prioridad es ser un nueve. Y eso también me dio otro plus.
Tiene 24 años, pero su carrera responde más a la de un jugador veterano. Ha pasado por Primera, por Segunda, por el extranjero y ahora en Primera RFEF. ¿Cómo vive esto?
Yo tuve la oportunidad y la suerte de poder debutar en Segunda y en Primera con 18 años, cuando me firmó el Granada. Y la verdad que es complicado porque, bueno, al final tienes fallos de joven. Yo tuve muchos fallos, lo cual creo que me hizo no mantenerme a ese nivel. Pero al final de eso se aprende, ¿eh? He subido, he bajado, ahora estoy en esta categoría, pero soy muy joven, tengo 24 años aún.
«El míster me dijo: ‘Yo te quiero de nueve’ y eso me dio otro plus»
Narro, su amigo y compañero en el Lugo, y usted son el claro ejemplo de que el futbolista puede no funcionar en un club y en otro ser diferencial.
Yo creo que lo más importante para un jugador, si no lo más, es la confianza y sentirse cómodo. Al final, un jugador con confianza puede explotar sus cualidades al doble o al triple. El año pasado no teníamos esa regularidad ni confianza. Hubo muchos cambios de entrenadores, venía uno nuevo, jugabas un partido, dos no, otro sí... Al final eso no te hace explotar. No juegas en tu posición, un día sí, otro no. Lugo era un sitio espectacular y quería explotar, pero no se pudo por situaciones externas a mí. Pero la confianza es lo más importante.
¿Cómo vivió esa primera vuelta en la que generaba muchas ocasiones, pero no terminaba de convertirlas en gol?
A los delanteros nos juzgan mucho por el gol porque es lo más importante, para mí también. Yo cuando ha terminado el partido, he metido el gol y hemos ganado, digo: «Mi trabajo está hecho». Pero es verdad que los delanteros no son solo goles. Está el tema táctico, la presión, pelear por el equipo, generar ocasiones... Por eso hay varios partidos en los que no he metido gol y el míster ha seguido confiando en mí».
¿Y ahora qué ha cambiado? ¿Es cuestión de confianza o antes faltaba esa pizca de fortuna?
Sí, yo creo que es eso. La confianza es muy importante para un jugador. Ahora me atrevo a hacer más cosas, intento explotar mis cualidades y el tema del gol es cuestión de rachas. Hay veces que pasas varias jornadas sin marcar y luego metes cuatro seguidas.
En uno de sus primeros goles en el Nou Estadi celebró el gol con una bandera romaní que le dieron del público. ¿Cómo vivió ese momento tan especial?
Yo tuve la oportunidad de meter el gol en esa portería y, cuando me levanté del suelo, lo primero que vi fue la bandera. Entonces, me salió cogerla porque, para mí, es un orgullo y una satisfacción tener aficionados que me apoyen de esa manera.
Después de aquella celebración hablé con Paco Demetrio, pastor y coordinador de la zona de Tarragona de las iglesias evangélicas pentecostales. Me dijo que era un referente para los niños y niñas gitanos. ¿Qué siente al escuchar eso?
Tuve la oportunidad de hablar con él y conocerlo. Es muy importante tener unos valores, una educación y si quieres algo ir a buscarlo trabajando.
Antonín, siete puntos respecto al líder. ¿Se sueña con el ascenso o solo se piensa en el siguiente partido?
Si pensamos más allá del siguiente partido, sería un error. Tenemos que centrarnos en entrenar mañana, plantear el partido de la mejor manera posible y luego ganar los tres puntos.
Y la última. ¿Qué supondría para usted subir con el Nàstic a Segunda?
Sería una ilusión tremenda por el gran club que es. Sabemos que lleva buscándolo varios años. Yo tuve la suerte de vivir un ascenso con el Rayo y fue espectacular. Así que sería un orgullo llevar a este gran club al fútbol profesional de nuevo.