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De la Fuente, de conquistar los Juegos Mediterráneos en Tarragona a ganar la Eurocopa absoluta

El reputado seleccionador en categorías inferiores ha devuelto la gloria a una España que ha ganado la Eurocopa de Alemania 2024

15 julio 2024 11:17 | Actualizado a 15 julio 2024 11:58
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Luis de la Fuente ha convencido a todos. A los que creían en él, a los que no y a los que tenían dudas. Un seleccionador que aterrizó con las dudas de su poco bagaje en clubes profesionales en la absoluta con la sombra de Luis Enrique a sus espaldas. Ni todo lo logrado en las categorías inferiores con España parecía servirle.

Hablamos de un entrenador que contaba con un palmarés demoledor con las selecciones de España inferiores. Entre sus logros, destacaban unos Juegos Mediterráneos en Tarragona en los que su selección conquistó la medalla de oro, allá por el 2018. De aquella selección ningún jugador ha estado en la absoluta que ha reinado en la Eurocopa, pero la mayor herencia es la de Luis de la Fuente.

Luis de la Fuente se ha inventado un equipo campeón. Es una selección de autor. De un entrenador que sabía al confeccionar la lista de convocados, que su selección iba a competir por el título. Existe una gran distancia entre la España real que pilota de la Fuente y los foros de debate futbolísticos, proclives a ponderar más a los cracks mediáticos que ayudan a consumir entretenimiento de agosto a junio en la temporada regular.

España tiene un método. Y la fontanería, el disco duro de la captación del talento de las últimas generaciones lo tiene solo Luis de la Fuente. Cualquier otro entrenador, con más nombre en el panorama europeo, nunca tendría el conocimiento ni el atrevimiento del seleccionador riojano. Un técnico de club top, que pudiera aterrizar en la selección española, jamás se habría atrevido a alinear a Lamine Yamal con 16 años; a dar las llaves del equipo a Rodri en la creación; a poner a Nico Williams de titularísimo; a ir en sentido contrario y apostar por Cucurella y en suma, diseñar fútbol alrededor de los jugadores de la Real Sociedad y firmar un colectivo valiente.

Los grandes entrenadores cambian el mapa de los partidos. Los revulsivos son su especialidad. Mikel Merino, ante Alemania; y Mikel Oyarzabal, en la final, fueron alternativas determinantes. La lectura del juego, la dirección de campo, resultó sublime.

Siete victorias de siete. Mejor jugador, Rodri; mejor jugador joven, Lamine Yamal; máximo goleador, Dani Olmo; MVP de la final, Nico Williams. España arrasó en el torneo. Y lo hizo en un ambiente de concentración idílico, con un cuerpo técnico profesional, de alto perfil.

Posesión y fútbol vertical. Presión tras pérdida descomunal. Esa es la gran receta de Luis de la Fuente. Motivar a sus jugadores siempre fue su gran virtud. Volvió a sonar Mi gran noche, de Rafael, en Berlín. Y en las calles de España, de norte a sur y de este a oeste, la selección volvió a ser el gran elemento vertebrador del país.

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