Las lluvias de este fin de semana en diferentes puntos de Catalunya significan un ligero alivio para la preocupante situación de sequía que padecemos. Igual que las medidas anunciadas por el Consejo de Ministros extraordinario celebrado el pasado jueves, el día previo al inicio de la campaña electoral.
Pero ni los pantanos se vacían o llenan en un par de días, ni la solución a la crisis hídrica pasa únicamente por ayudas al sector primario o por mejoras en la gestión del agua y su reutilización. Los países mediterráneos nos enfrentamos a un futuro donde el agua será un recurso cada vez más escaso. Su carencia reabrirá conflictos entre territorios y entre sectores vitales de nuestra economía.
Esta semana lo hemos comprobado durante la tractorada de protesta que recorrió varios de nuestros municipios, y que alcanzó su punto álgido en la plaza Imperial Tarraco. El mensaje de Pere Guinovart, coordinador de Unió de Pagesos en el Camp de Tarragona, fue claro en este sentido: «Podemos perder más de 5.000 hectáreas de avellanos, almendros y viñas y mientras, este verano, tendremos a los turistas, con todos los servicios, que vendrán a los hoteles».
Su voz es la de un sector que se encuentra al límite de sus fuerzas por el alto coste de la luz, el combustible, los fertilizantes y herbicidas y por la especulación en la cadena alimentaria. Duele pensar en el abandono de nuestros campos y, como consecuencia de ello, en el mayor riesgo de incendios forestales La actividad agraria, recordemos, parte del ADN de nuestras comarcas, la base de un consumo de proximidad y sostenible, e incluso de una cierta soberanía alimentaria.
También sería injusto primar un sector por encima de otro, sobre todo ahora que parece que la convivencia entre la industria petroquímica y el turismo se consolida. Mañana mismo, el Col·legi d’Enginyers Industrials de Tarragona acogerá una conferencia y mesa redonda con el vicerrector de la URV, Juan Antonio Duro, la Generalitat, la Associació d’Empresaris d’Hostaleria de Tarragona (AEHT), el chef Jeroni Castell y Repsol como protagonistas.
El agua es, como saben, muchas cosas: vida, hogar, salud, alimento, ocio, energía... La tecnología, la investigación y la inversión en desalinizadoras y en reutilización pueden aportar soluciones. También una mayor concienciación sobre su uso. Pero el reto que tenemos por delante, fruto del cambio climático, es de tal calibre que requerirá de un mayor compromiso y, de decisiones valientes y, sobre todo, de pactos y cooperación. Y no de los que veremos tras las elecciones del
28-M para lograr o mantener el poder, sino de larga mirada y perspectiva.
Rodalies: servicio y discursos
Llueve sobre mojado en Rodalies. El incendio en el cuadro de señalización de Gavà, cuya reparación trastoca desde entonces el funcionamiento de las líneas de Rodalies y de Media Distancia, ha provocado otra vez el enfado de miles de usuarios y ha reabierto el debate sobre el traspaso del servicio ferroviario a la Generalitat.
El enésimo percance de Rodalies se produce en plena campaña electoral. Lo fácil es utilizar este tema como herramienta de confrontación política. Lo difícil es reconocer la verdad.
Después hay quien se queja de desafección. Cada vez que la gestión no es buena ni útil, la política se aleja más de los ciudadanos. Sobran discursos victimistas, simples o falsos. En estos momentos no se puede hablar de falta de inversión. Tampoco insistir en la idea de una Catalunya ideal en la que este tipo de problemas no existirían. Porque como recordaba ayer en el exdiputado Pere Macias, coordinador de Rodalies en Catalunya, en Catalunya Plural en una entrevista que les recomiendo, en apenas cuatro años, hemos pasado de no tener casi obras en la red ferroviaria catalana a sumar cinco o seis tramos con obras desde Sant Vicenç de Calders hasta L’Hospitalet de Llobregat, algunos, en vía única.
El presidente de Renfe y exprofesor de la Facultat d’Economia i Empresa de la URV, Raül Blanco, lo recordaba hace diez días en el Diari. El Plan de Rodalies de Catalunya 2020-2030 contempla 6.346 millones de euros de inversión en diez años. Desde estas líneas, agradecerle que acudiera a la presentación de nuestra Guía de Excelencia Empresarial en su semana más convulsa, desde su nombramiento en febrero.
Rodalies acumula un déficit inversor que ha provocado que el servicio ferroviario diste de ser la alternativa fiable y rápida al transporte privado que debería ser. Es cierto. Pero también que, en la actualidad, el problema no es de falta de inversión. Más bien al contrario, de que las obras provocan afectaciones y problemas.
Tarraco Viva vs. Trapezi
Además de Eurovisión, el Dixieland, la Nit dels Museus, las dos trascendentales citas deportivas de hoy (el Espanyol-Barça en el RCDE Estadium y el Nàstic-UE Cornellà), en el primer fin de semana de campaña coinciden dos de los eventos culturales más destacados de nuestras comarcas. Me refiero a Tarraco Viva y al festival Trapezi.
Me han leído en estas líneas criticar que Tarragona aún no ha sabido aprovechar suficientemente su designación como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Me atrevería a decir, sin embargo, que los impulsores de Tarraco Viva, con Magí Seritjol como figura más destacada, sí lo han conseguido. Con más de 300 actos de divulgación en 33 espacios, el certamen, que cumple 25 años, es ya el festival de recreación histórica más importante del sur de Europa. La única crítica sería, a mi entender, que compita en fechas con el Trapezi de Reus, que hoy cierra su vigesimoséptima edición con 36 compañías nacionales e internacionales y es ya un excelente escaparate de los diferentes formatos del circo.