El francés Robert Houdin está considerado el padre de la magia moderna. Fue el primer ilusionista que dignificó la magia, presentándola en los teatros y creando verdaderas maravillas, como el juego del naranjo mecánico, que seguramente habéis visto en la película El ilusionista.
La frase más conocida de este prestidigitador francés, que hoy en día todavía se recuerda, es: «El mago es un actor que interpreta el rol de un mago».
La idea inicial de este efecto que os explicaré a continuación es del señor Houdin, él lo presentaba como un efecto de simpatía entre las cartas.
Necesitáis dos barajas de cartas, una de dorso azul y otra de dorso rojo; si hace tiempo que las tenéis por casa, antes de hacer el juego, revisad que no falte ninguna carta para que el juego pueda salir correctamente.
Cuando hacéis el juego tendréis las dos barajas encima de la mesa, un amigo vuestro escogerá la que más le guste, lo cogerá, la mezclará y la cortará a fondo. Vosotros haréis el mismo con la otra baraja que haya quedado encima de la mesa.
Al acabar vuestra mezcla, miráis disimuladamente la carta inferior de la baraja —es la única que mostrará su cara— y recordadla.
Seguidamente os intercambiáis las barajas y cada cual cogerá una carta del centro y la recordará. Vosotros hacéis como si mirarais atentamente vuestra carta, pero no la tenéis que memorizar, solo tenéis que seguir recordando la carta que habéis visto antes y que ahora es la última de la baraja que tiene el espectador.
Cada uno de vosotros pone su carta escogida arriba de todo de la baraja, estando esta de dorso, y corta por el medio. Podéis repetir conjuntamente la acción de cortar y completar varias veces.
Una vez hayáis hecho estos cortes, volveréis a intercambiar las barajas y cada cual tendrá que buscar su carta abriendo la cartas en abanico en su mano izquierda.
Vosotros simplemente tendréis que buscar la carta que habíais visto al comienzo mirando el abanico de izquierda a derecha y la siguiente será la carta de vuestro amigo; esta es la que sacaréis y la dejaréis encima de la mesa.
En este punto del juego, recapitulamos: lo que ha visto el público es que el mago y el espectador han mezclado dos barajas de cartas, se las han intercambiado, han escogido una carta, la han recordado y la han perdido entre el resto de cartas y después se han intercambiado de nuevo las barajas para buscar y sacar su carta.
Durante el proceso, vosotros, con vuestra carta guía, habéis sabido qué carta era la del espectador y es esta la que habéis separado de la baraja.
Al final habrá dos cartas encima de la mesa que serán iguales y provienen de dos barajas diferentes.
Ahora es el momento de vestir el final, podéis hablar brevemente de las coincidencias, la suerte... Además, añadís el comentario que si las dos cartas tuvieran el mismo color sería una pequeña coincidencia; si las dos cartas fueran una figura, sería una coincidencia más grande; si las dos tuvieran el mismo número, una coincidencia sorprendente...
Una vez habéis hecho la pequeña explicación final, giráis cada uno vuestra carta y será la misma, demostrando que no es una pequeña ni mediana coincidencia, sino una coincidencia total.
