A las doce de la noche, baja la intensidad de la luz en los pasillos del Hospital Universitari Sant Joan de Reus. También cobran relevancia los semáforos acústicos ubicados en la unidad de cuidados intensivos (UCI), urgencias y en neonatos. La luz y el ruido son factores que afectan negativamente sobre el descanso, «una necesidad que, a menudo, no tenemos tan interiorizada», puntualiza Carme Porcar, supervisora de noche.
Para, precisamente, mejorar la calidad del sueño de los pacientes, profesionales del centro hospitalario implementan, desde hace año y medio, varias medidas para aumentar el silencio y reducir la luz durante las horas nocturnas. Lo hacen tras adherirse al proyecto SueñOn, impulsado por el Instituto de Salud Carlos III con el fin de sensibilizar la necesidad de garantizar el descanso reparador. La adhesión es un compromiso y, a partir de aquí, en cada centro se aplican las medidas que se creen oportunas. En Reus, una comisión formada por varios profesionales se reúne cuatro veces al año para exponer ideas, hacer seguimiento y decidir siguientes pasos.
Carme Porcar, Mercè Badia, Tamara Melero, Toni Tejero o José Luis Martínez son algunos de los profesionales de dicha comisión. Explican que el primer paso fue bajar la intensidad de la luz en pasillos, algo que se aplica en las alas A y B y en la UCI, con la intención de que se extienda por todo el centro hospitalario. La solución adoptada ha sido cambiar las luces de emergencia por led, por lo que la intensidad disminuye, pero sin quedar totalmente a oscuras. En cuanto a los profesionales, si tienen que entrar en alguna habitación durante la noche, lo hacen con pequeñas linternas. «Que haya menos luz también nos ayuda a bajar el tono de voz. Es nuestra jornada laboral, pero el paciente tiene que descansar», recuerdan.
El ruido es otro de los grandes factores que afecta sobre el descanso. A finales del año pasado se instalaron semáforos acústicos en la UCI, urgencias y neonatos: si los decibelios son los adecuados (por debajo de 50) el semáforo está verde, si el ruido ambiente ronda los 50-60 dB se pone en ámbar y si el ruido supera los 60 dB, en rojo. La comisión de SueñOn tomó medidas acústicas en estos tres espacios antes de los semáforos y después, una vez hecha, también, una sesión con el personal del turno de noche para sensibilizar de la importancia del silencio. Cuando se repitieron las mediciones, se comprobó que el ruido se había reducido en neonatos y la UCI, pero no en urgencias «porque es un servicio muy abierto».
Estas medidas se complementan con otras más enfocadas directamente a pacientes, como el ofrecimiento de tapones para dormir, en el caso de compartir habitación, o infusiones para inducir al sueño. Tras este primer año y medio, el objetivo es consolidar las medidas y estudiar de nuevas. También realizar difusión entre los propios profesionales, pero también entre pacientes y familiares.