El pasado mes de marzo el Consejo General de Enfermería, junto con el Instituto Español de Investigación Enfermera y las vocales y representantes de matronas de los Colegios de Enfermería de España, anunciaban la puesta en marcha de un cuestionario sociodemográfico transversal que ofrecerá la radiografía de la situación laboral y competencial de la profesión.
El motivo no es otro que el déficit de matronas, enfermeras especialistas en Obstetricia y Ginecología. «En España, el déficit de entre el 40-50%, el intrusismo en la profesión o el escaso relevo generacional están poniendo en riesgo la salud de madres y recién nacidos en nuestro país. Ya son más de 7.500 matronas colegiadas en España, sin embargo, siguen sin ser suficientes», aseguraba la institución a través de un comunicado.
Avalancha de jubilaciones
Una realidad que se replica en la provincia de Tarragona, tal y como indican Gemma Martínez, vocal matrona del Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Tarragona (CODITA), y Elena Queral, matrona y miembro de la Comisión de Matronas. «No existe relevo generacional ante la gran cantidad de matronas que se jubilarán en los próximos años. Un contexto que agrava la situación de pluriempleo del 80% de profesionales en activo para poder cubrir las necesidades de la población, ya que de lo contrario la salud de las personas se vería perjudicada», afirma Gemma Martínez.
Plazas EIR
Paralelamente, la vocal matrona también señala «la escasez de plazas EIR (Enfermera Interna Residente), ya que las que se convocan siguen siendo insuficientes para cubrir la demanda de matronas existente».
Aunque la OCDE determina una ratio de 25,9 matronas por cada 1.000 nacimientos, en España esta ratio se sitúa en 12,4 matronas por cada 1.000 nacimientos, muy por debajo de la media del resto de países. «En España, la ratio se acerca más a la realidad de los países subdesarrollados que a la de los europeos», afirma Elena Queral.
Así, aunque muchas enfermeras de otras comunidades autónomas escogen Catalunya para formarse como especialistas en Obstetricia y Ginecología, lo cierto es que, según palabras de Gemma Martínez, «esta medida termina siendo un parche provisional, puesto que, después, un 60% regresa a su lugar de origen para trabajar, lo que dificulta la continuidad de los equipos de trabajo».
Una matrona, un parto
Una situación que también obstaculiza la posibilidad de asegurar una matrona por parto, y así «garantizar un acompañamiento de excelencia en dicho momento tan vital para la mujer y el bebé». Basándose en su experiencia, Elena Queral asegura que «en más de una ocasión he debido de atender los partos de diferentes mujeres, además de estar pendiente de las urgencias ginecológicas».
Una realidad que, en palabras de Gemma Martínez, conlleva, por un lado, «un constante estrés porque eres responsable de la salud de la madre y del recién nacido», y, por otro, «dificulta la atención emocional de la mujer».
Referentes en salud sexual
Respecto a lo anterior, las matronas también reivindican ser reconocidas como referentes en salud sexual y reproductiva. «Uno de los grandes papeles de las enfermeras y las matronas es la promoción y prevención de la salud, lo que supone acompañar a la mujer en todo momento para evaluar sus necesidades y garantizar su salud física y psicológica», afirma Gemma Martínez, mientras que Elena Queral indica que «científicamente, está demostrado que lo que valora la mujer durante el parto es el acompañamiento, es decir, como se ha sentido durante todo el proceso».
Pero además de asistir al parto, como especialistas en Obstetricia y Ginecología las matronas también tienen un papel primordial en el posparto, apoyo a la lactancia, recuperación del suelo pélvico, acompañamiento en la salud sexual y reproductiva en todas las etapas de la vida, en la promoción de la salud de personas trans, etc.
«Según la Organización Mundial de la Salud, las matronas estamos capacitadas, en un 90%, para atender las curas esenciales relacionadas con la salud sexual y reproductiva desde que nace una persona», indica la vocal matrona de CODITA. Por su parte, Elena Queral ensalza «el papel de las matronas de educar para la salud y prevenir enfermedades, en beneficio del bienestar de las mujeres y sus familias».
Asimismo, añade Gemma Martínez, «también es fundamental el desempeño de la matrona en la atención del duelo perinatal y neonatal, así como de aquellas mujeres que interrumpen voluntariamente su embarazo». Una asistencia integral que exige de trabajo en equipo. «Somos el nexo de unión entre todos los profesionales», afirma Gemma Martínez, a lo que Elena Queral añade que «ninguna matrona sustituye al ginecólogo, ni al fisioterapeuta, ni a ningún otro profesional sanitario».
Intrusismo
Con la proliferación de las redes sociales, el intrusismo se ha convertido en otra de las amenazas de la profesión. «El intrusismo es una más de las consecuencias de la escasez de matronas. Muchas mujeres, tras haber pasado por un embarazo o descubierto la maternidad, se anuncian en las redes sociales para ‘acompañar’ a otras mujeres sin ningún criterio de salud», señala la vocal matrona de CODITA.
Sobre esta cuestión, Elena Queral se expresa sin tapujos: «Si hubiese más matronas, habría más grupos de preparación al nacimiento y más profesionales para atender cada parto de manera individualizada, por lo que algunas de estas mujeres no sentirían la necesidad de acudir a las redes sociales en busca de alguien más para no sentirse solas, con el peligro que puede conllevar».
Por todo ello, la matrona recuerda que «como profesionales sanitarias, las matronas estamos capacitadas para detectar, valorar y actuar ante cualquier complicación, mientras que quienes no son sanitarios ni se han formado en Ginecología ni Obstetricia, no tienen los conocimientos para detectar estas complicaciones, poniendo en peligro la vida de la madre y el bebé».