El consejero delegado del Banco Sabadell, César González-Bueno, ha insistido este jueves en que la propuesta de fusión planteada por el BBVA llegó el martes 30 de abril, sin que antes hubiera habido negociaciones previas, y apenas una semana después de que el banco vasco presentara una opa.
Esta aclaración llega después de que el pasado jueves, el presidente del BBVA, Carlos Torres, desvelara que «a mediados de abril» se reunió personalmente con su homólogo en el Banco Sabadell, Josep Oliu, para trasladarle que presentarían una oferta de fusión a finales de ese mes.
La fecha señalada en el calendario era el 30 de abril, un día después de que el BBVA hiciera públicas sus cuentas del primer trimestre, con la idea de empezar a negociar a partir de ahí la posible integración de forma amistosa.
Sin embargo, según subrayó Torres, el mismo día en el que el BBVA había quedado en remitir su oferta, se produjo «una filtración» en la que se desvelaba su interés por el Banco Sabadell, lo que precipitó los acontecimientos.
Durante su intervención en un encuentro financiero organizado por el IESE, González-Bueno ha relatado este jueves que el presidente del Sabadell, Josep Oliu, recibió el 30 de abril la propuesta de fusión de las dos entidades mediante un canje de acciones e inmediatamente la trasladó al consejo de administración de la entidad.
Esa misma tarde, el máximo órgano de gestión del Banco Sabadell se reunió para tomar conocimiento de la propuesta «confidencial», elegir asesores financieros y jurídicos, y fijar una nueva reunión el lunes 6 de mayo.
Entre medias, González-Bueno ha recordado que el miércoles 1 de mayo el BBVA publicó su oferta «no vinculante y confidencial» en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y, añadió, «con eso llegamos al domingo» previo a la reunión en la que el consejo de administración del Sabadell decidiría sobre la oferta de fusión.
Ese domingo, Oliu recibe una carta del presidente del BBVA en la que le advierte de que la oferta no tenía más recorrido y era la máxima que podía ofrecer el banco vasco, que señalaba que se había visto afectado en Bolsa y había perdido más de 6.000 millones en apenas dos días -jueves 2 y viernes 3 de mayo-.
Sin entrar a valorar esta comunicación, González-Bueno ha reconocido que en el Banco Sabadell hubo mucho debate sobre si debía publicarla como hecho relevante, lo que finalmente hizo «por transparencia», después de que la prensa la hubiera reproducido íntegramente.
Antes de la publicación, en el consejo de administración del Banco Sabadell del lunes 6 de mayo, que iba a ser decisivo sobre la oferta de fusión, los asesores de la entidad pidieron a todos los miembros de este órgano que hicieran una valoración racional, «sin pasión», sobre la propuesta, y que actuaran de forma impecable y pensando en los accionistas.
En esa cita, el consejo del Sabadell comparó la creación de valor del banco en solitario o integrado en el grupo BBVA, con una participación del 16 %, y llegó a la conclusión de que veían más recorrido de forma independiente, a la vista de las previsiones de resultados y los beneficios obtenidos ya en el primer trimestre.
En el análisis, según el relato de González-Bueno, se tuvieron en cuenta las cifras planteadas por el BBVA, pero el Sabadell consideraba que el impacto en capital sería mayor a los 30 puntos básicos de capital que calculaba el banco comprador para conseguir las sinergias de la operación.
El Sabadell se basa en que el banco vasco calculaba el impacto en capital de esas sinergias con un múltiplo de 1,8, que en el banco catalán elevaban hasta el 3.
Tras estas declaraciones, fuentes del BBVA han trasladado a que todas las cifras trasladadas por al Sabadell, incluyendo los costes de reestructuración estimados de 1.450 millones (antes de impuestos) y el impacto de 30 puntos básicos de capital fueron calculados, «como en todas las operaciones», «con el máximo rigor».
En cualquier caso, González-Bueno señaló este jueves que la propuesta no consideraba las posibles sinergias negativas comerciales, ni contemplaba el coste de la ruptura de acuerdos del Sabadell con socios como Amundi o Zurich, cifras de las que dispone el grupo pero que rehúsa hacer públicas.
A todo ello se suma que la oferta de compra del BBVA pasaba por la entrega de una acción del banco por 4,83 del Sabadell, al que no le convencía esta fórmula a la vista de la «volatilidad» de las acciones del banco vasco.
Por eso el consejo del Sabadell, de forma «claramente mayoritaria», rechazó el lunes 6 de mayo la propuesta del BBVA, que respeta que González-Bueno defienda la decisión del máximo órgano de gestión de su banco.
Sin embargo, poco después, el jueves 9 de mayo, el BBVA decidió presentar una opa con el objetivo de que ahora los accionistas del banco catalán, y ya no su consejo, puedan decidir sobre una oferta que les llega directamente y que, en palabras de quien la propone, es «extraordinariamente atractiva».