NOMAMI no es un producto vacío, es esencia vital, transmite contenido por los cuatro costados. La apuesta de su directora, la reusense Mònica Rincón, viaja entre la discreción y el entusiasmo, probablemente ha sufrido ciertas dificultades para hallar financiación, suele ocurrir cuando se crea lejos de cualquier capital. En todo caso, las excusas siempre van con los débiles. Las obra dispone de reflexiones profundas, trata una realidad indiscutible con sensibilidad y dosis de humor y cala entre el público. En su primera función, la del estreno en el Convent de les Arts de Alcover, NOMAMI inundó las butacas. Sold out.
El reparto lo componen Aïda Pitarch, Núria Blanch, Soraya Àvila y Júlia Pérez. Tanto la producción, como el conglomerado de actrices, el vestuario y la escenografía llevan etiqueta de kilómetro cero. Un trabajo creado por artistas de la zona, repleto de buen gusto y arropado en el compromiso
En la figura de Soraya Àvila se encuentra el viaje interno de una mujer confrontada con su duda sobre la maternidad, con un escenario contemporáneo donde tres personajes (Aïda, Júlia y Múria) representan diversos aspectos de su existencia. A través del movimiento expresivo y el texto, éstas revelan las profundidades de la psique de la protagonista, exploran los patrones y las creencias heredadas que la limitan, la presión social, así como los miedos que la rodean.
Frases tan típicas a las que se debe enfrentar una mujer cuando cumple, por ejemplo, 37 años se hallan en el texto. «Vas de moderna. Si t’ho penses massa, no t’hi posaràs». El reflejo del sistema que marca la sociedad, alejado de las libertades de poner elegir ser madre o no. Justamente ahí radica el mensaje. Nadie, ninguna mujer e incluso ningún hombre, anda obligado a tomar decisiones en contra de su voluntad.
NOMAMI solo se distingue como una exploración íntima sobre la duda y la obligación de la maternidad, sino también una oportunidad para la catarsis y el crecimiento personal. Invita al público a contemplar las complejidades de la vida y a abrazar su propia autenticidad a través del movimiento expresivo y el teatro, mientras cuestiona el miedo y la inseguridad que surgen cuando nos atrevemos a interrogarnos y sostener la duda en una sociedad que a menudo opera con el «piloto automático».
En un espacio cercano a lo idílico como el Convent de les Arts, donde la obra ha conseguido residencia, se emplearon dos jornadas para sacar del horno y enseñarla al público. Los dos días se agotaron tickets y la impresión entre el público resultó agradable. Hay recorrido para NOMAMI siempre que los programadores quieran. Cuesta mucho.
La gira que se pretende realizar espera completar hasta diez fechas, ya están confirmadas en otoño en el Teatre Bartrina de Reus y en la Selva del Camp. El esfuerzo de la Mònica Rincón para moverla por distintas localidades de la zona no cesa y seguramente, tras el estreno de este fin de semana encontrará nuevos escenarios para su representación.
La primera piedra del proyecto ya está puesta. La obra, recién salida del horno, ya cuenta con el aval de un público entendido como el reusense y con el ingenio de unas actrices que demuestran que la cultura no solo se hace en la gran urbe.
Aïda Pitarch, Núria Blanch, Soraya Àvila y Júlia Pérez protagonizan ‘NOMAMI’
