Municipios del interior del Montsià, espacios emblemáticos y espectáculos que muestran elementos y costumbres tradicionales reinterpretadas desde la contemporaneidad. Estos elementos son la base de la primera edición del festival Montsònica - Músiques i reexperiències contemporànies que se celebra hasta mañana de la mano del recién Premi Nacional de Cultura, el Festival Eufònic.
«Nos referimos a Montsònica como la hermana pequeña de Eufònic, ya que extraemos y trasladamos, hasta diferentes pueblos del interior de la comarca, la música y las tradiciones para revisitarlas», afirma el director e impulsor de Montsònica, Vicent Fibla. Los escenarios son: Ulldecona y la pedanía La Miliana, Freginals, La Galera y La Sénia.
En cada pueblo se han programado espectáculos que mostrarán elementos y costumbres tradicionales reinterpretados desde la modernidad: «Cuando hablamos del mundo rural, existe toda una creación contemporánea que nos identifica, que en algunos casos son reinterpretaciones de estas tradiciones sí, pero también existe toda una producción de espectáculos con una mirada contemporánea que queremos visibilizar», explica el director de Montsònica.
Así, el festival se inauguró este jueves en la Plaça de l’Església de Ulldecona de la mano del bailarín y performer Toni Jodar, quien dio su visión del tradicional Ball de mantons con la complicidad de tres parejas de baile y el acompañamiento musical de la Banda Municipal de Música de Ulldecona. Después, fue el turno de la compositora, cantante y guitarrista Sandra Monfort (Plaça de La Miliana). Ayer, el protagonismo recayó en la poesía de Raquel Santanera y el violín de Coloma Bertran, en La Galera; mientras que la percusionista Núria Andorrà actuó en la Torre de La Galera.
Hoy, la programación continua con el colectivo Artistas Salchicas, integrado por Maria Camila Sanjinés y Manel Quintana. En la Bassa del Montsià, invitarán al público a adentrarse en Hablar con las plantas para llegar a un paisaje (10.30 h). Al respecto, Manel Quintana detalla que «es un viaje íntimo y personal hacia un destino desconocido». Más concretamente, «el público recibe, a través de unos auriculares, diferentes instrucciones en las que se especula alrededor de la cuestión de ser de un lugar o ser de otro, nuestra relación con el paisaje, las plantas...», detalla el integrante de Artistas Salchichas. Así, a modo de site-specific, Artistas Salchicas ha adaptado Hablar con las plantas para llegar a un paisaje al entorno de la Bassa del Montsià, por lo que «invitamos al público a disfrutar de un momento de calma, caminar, contemplar, pensar y experimentar, y a partir de las artes escénicas y performáticas conocer el territorio».
Después, el protagonismo recaerá en la presentación de Alvèol (12.30 h), la colaboración entre el poeta de La Sénia Joan Todó y el músico experimental de Benicarló ITW, y por último habrá un vermut musical con Cherman DJ y su mezcla de diferentes subgéneros del folklore electrónico.
Por la tarde será el turno del artista reusense Arnau Casanoves en el Safareig de la Plaça de La Sénia (20 h). «Es un espacio en el que confluyen, por un lado, el curso del agua y su relación con las plantas, y, por otro lado, el curso social, en tanto que también era una zona de sociabilización femenina y hasta cierto punto de intimidad», explica el artista, quien detalla que «además de trabajar con la propia estructura del Safareig, vincularé fragmentos representativos de anécdotas íntimas y personales de diferentes mujeres». De esta manera, el reusense «expande el significado y la lectura del espacio».
A continuación, en la Plaça de l’Església actuará La Maria (21 horas), quien «revisita el canto valenciano desde la contemporaneidad, la electrónica y el ritmo del funk», explica Vicent Fibla.
El domingo, el Festival Montsònica se despedirá de la mano de la creadora Marga Socias en la Barraca de Quicolis en Freginals (10.30 h), una excursión que invitará a buscar el axis mundi de las construcciones de piedra seca, en un ejercicio, según palabras del director de Montsònica, «de establecer este diálogo entre tradiciones, patrimonio inmaterial, paisaje y propuestas artísticas de zonas doblemente periféricas, aquellas que, más allá de la distancia con la gran ciudad, se desdoblan entre la costa y el interior de las comarcas ebrenses».
